Cuernavaca.- Servicios de Salud de Morelos (SSM) registra cuatro mil 355 picaduras de alacrán, en lo que va del año, y aplicó siete mil 404 dosis de suero a pacientes.
En un comunicado, la dependencia señaló que el arácnido tiene presencia en áreas rurales y subrurales y en terrenos baldíos, sobre todo en los municipios de Tetecala, Jonacatepec, Axochiapan, Jojutla y Tepalcingo, donde se presentan más casos de picadura.
Dijo que las intoxicaciones por picadura de alacrán representan un grave problema de salud pública en la entidad.
Estudios recientes reportan la presencia de 16 especies de alacranes en Morelos, pero sólo dos son las consideradas de importancia médica, por su alta toxicidad: centruroides limpidus limpidus y centruroides balsasensis.
Dichas especies son las responsables de las más de 30 mil intoxicaciones al año, de acuerdo al grado de intoxicación causada por el alacrán; un solo paciente puede requerir de varias dosis de suelo para contrarrestar el veneno.
Estos arácnidos son de hábitos alimentarios nocturnos, y dentro de las casas les gusta alojarse en rendijas en la pared y techos, aunque también lo hacen en las ropas de cama, prendas de vestir e interior de los zapatos.
Afuera de las viviendas se alojan en escombros, piedras, maderas, y muebles abandonados y otros materiales que sirven como refugios de los alacranes.
La picadura de alacrán se da como un hecho accidental, ya que arácnido al salir en busca de su alimento hormigas, pequeños insectos, entre otros es cuando tiene contacto con las personas.
Las manifestaciones clínicas varían de leves a graves: dolor en el sitio de la picadura, inquietud, comezón nasal, lagrimeo, estornudos, sed intensa, entumecimiento de la lengua y labios con dificultad para hablar.
Otros síntomas son sensación de un cuerpo extraño en la garganta, (cabellos atorados), salivación intensa. Si el paciente no es atendido con oportunidad, causa la muerte.
Los más afectados en la intoxicación por picadura de alacrán son los niños y los adultos mayores.