Mérida.- El fenómeno arqueoastronómico conocido como el Sol en el cenit será palpable en varios sitios arqueológicos de Yucatán, como marcador final de los 55 días más largos del año.
El astrónomo Eddie Ariel Salazar Gamboa, señaló que del 18 al 20 de este mes las sombras estarán ausentes cerca del mediodía en objetos, edificios y personas ubicados en forma vertical en ciudades mayas como Acanceh, Aké, Chichén Itzá, Dzibilchaltún, Oxkintok y Uxmal.
El académico del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM) indicó que los astrónomos mayas lograron registrar y comprobar que en el año el Sol no aparece siempre en el mismo punto, y dos veces al año se ubica en forma más vertical en la bóveda celeste con respecto a la península de Yucatán.
“Los fenómenos cenitales son totalmente simétricos con respecto del solsticio de verano, que ocurre el 21 de junio, ya que la diferencia es de 28 días, justamente un período lunar”, por ello su primer tránsito para ésta región es del 23 de mayo y el 19 de julio, dijo.
A partir del próximo sábado 18, el Sol estará verticalmente en dichas ciudades prehispánicas, por lo que justo al mediodía, los edificios así como las personas, no generarán sombras ya que el Sol estará justo sobre nuestras cabezas.
La ausencia de sombras perpendiculares se da cuando la declinación del Sol coincide con la latitud geográfica del lugar y en el caso de Mérida, es de 20 grados y 58 minutos al norte, expuso.
Además, el sábado 18 se registrará en Acanceh, Aké y Dzibilchaltún, a las 13:04 horas, cuando el Sol saldrá a las 6:27 horas y se pondrá a las 19:42 horas, mientras que el domingo 19 se apreciará en Chichén Itzá, en el mismo horario del día anterior.
Para el lunes 20 de julio, continuó, tocará el turno a Uxmal y Oxkintok, a las 13:05 horas, ya que el Sol emergerá a las 6:28 y se ocultará a las 19:42 horas.
“El Sol en el cenit es un fenómeno arqueoastronómico común, ya que permitió conocer con precisión cuáles son los días más largos del año, relacionados con el solsticio de verano, así como también, el período idóneo para la temporada de siembra”, anotó.
Pudiera ser esta la razón por la cual desde las clases sacerdotal y gobernante hasta los agricultores y comerciantes mayas poseían ese conocimiento para realizar sus respectivas actividades, consideró.
Para los mayas precolombinos, dijo, el tránsito cenital previo al solsticio indica el inicio de la temporada de lluvias, mientras que el posterior, el período de las máximas precipitaciones.
En tanto, recordó que “el Sol se mueve a diario, no emerge por el mismo punto, pues su desplazamiento es aparente por el movimiento de la Tierra, por ende, al observar el Sol durante el año, da la idea de formarse un ocho en el cielo, el cual es llamado analema.
De tal manera, continuó, la ausencia de sombras sucede dos veces, justo cuando el astro rey corta dicha intersección en forma de “8”. Los extremos de ésta representan los solsticios de verano e invierno.
“Este tipo de acontecimientos solares permitió a los sacerdotes – astrónomos contar con una mayor precisión del tiempo, los cuales son tan importantes como los equinoccios y los solsticios”, agregó.