Claudia Sheinbaum decidió repetir una fórmula que le dio resultado a Andrés Manuel López Obrador para ganar la Presidencia de la República de manera apabullante en 2018: sumar la mayor cantidad de adeptos que pueda.
Si López Obrador llamó a suscribir el Acuerdo político de unidad por la prosperidad del pueblo y el renacimiento de México, Sheinbaum Pardo -seis años después- ahora convoca a firmar el Acuerdo de Unidad por la Transformación.
“La visión del presidente la repite la doctora”, destacó Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, durante una de estas firmas que comenzaron el pasado 17 de septiembre.
Aunque ambos pactos, iniciados simbólicamente en Morelia, Michoacán, confluyen, Claudia Sheinbaum tiene una aspiración mayor para 2024: superar los 30 millones de votos de López Obrador y alcanzar la mayoría calificada tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, lo cual no pudo lograr el hoy Presidente de la República, el más votado en la historia de México.
Para conseguirlo, la aspirante presidencial de Morena -al igual que López Obrador en 2018- ha aceptado adhesiones de priistas, panistas, liderazgos sin militancia, sindicalistas, artistas, deportistas y académicos.
“Incorporarse al movimiento es participar sin estar afiliado a ningún partido: ‘Yo apoyo a Claudia y voy a promoverla y voy a hacer Comités de Defensa de la Cuarta Transformación y voy a apoyar la formación de comités por colonia, por barrio, por sección electoral.
“No son de Morena, no son del PT (Partido del Trabajo), no son del Verde, son comités del movimiento, o sea, no están haciendo una actividad partidaria”, aclaró en una de sus videocharlas Gerardo Fernández Noroña, quien, como vocero de Claudia Sheinbaum, ha sido un activo importante para la aspirante presidencial de Morena en el actual recorrido por el país.
Tanto Sheinbaum Pardo como López Obrador avisaron a sus estructuras desde el principio de sus respectivas convocatorias que se incorporarían nuevos y diversos perfiles a sus proyectos.
En la plaza Melchor Ocampo de Morelia, donde encabezó un acto multitudinario el 29 de enero de 2017, López Obrador, todavía como presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, planteó “una nueva forma de hacer política” y llamó “a todos los mexicanos, no sólo a simpatizantes y a ciudadanos independientes sino también a los militantes de otros partidos”, a unirse a su eventual candidatura.
Por su parte, Claudia Sheinbaum, ya como coordinadora nacional de los Comités en Defensa de la 4T, citó a uno de los referentes de la izquierda, Heberto Castillo, para explicar el por qué de las adhesiones.
“’Aquí a veces no importa de dónde venimos, sino coincidir a dónde vamos’… y aquí coincidimos que vamos a continuar la transformación de la vida pública de México, aquí coincidimos en continuar con el legado de Andrés Manuel López Obrador”, exclamó.
Y es que estas adhesiones, en ambos momentos, no han estado exentas de polémica y, sobre todo, de rechazo de las bases de Morena, principalmente por dos motivos: el perfil mismo de las nuevas sumas y las candidaturas por venir.
“Yo entiendo el malestar, a veces con cierta carga de sectarismo, no pocas con razón de compañeras y compañeros del movimiento que han sido desplazadas por gente que nos combatía todavía hasta hace un minuto”, aseveró Fernández Noroña.
Si en 2018, López Obrador sumó a ex panistas como Germán Martínez y Gabriela Cuevas, así como la que después sería del blanquiazul Lilly Téllez, además de priistas como Esteban Moctezuma o Nancy de la Sierra, y opositores de toda su vida política como Alfonso Romo; ahora Sheinbaum Pardo ha tenido adhesiones de panistas como Rommel Pacheco o priistas como Eviel Pérez Magaña o Jorge Carlos Ramírez Marín, entre muchos a nivel de local en diferentes estados.
“Claudia en su momento -me lo ha comentado, no cometo ninguna infidencia-, nos brincaba que se incorporara gente como Germán Martínez (…) sí generaba crítica, rechazo, tensión.
“¿Fue necesario para ganar (en 2018)? Yo creo que sí, fue una decisión acertada del hoy compañero presidente”, aseveró Fernández Noroña.
Respecto a las diversas candidaturas, Claudia Sheinbaum ha sido muy clara con la militancia partidista primero que no se meterá, después que no habrá negociaciones “en lo oscurito”, que no hay algún acuerdo con las nuevas sumas a su proyecto y que el método para elegir a los abanderados de la 4T será mediante las encuestas.
“No nos chupamos el dedo, no somos ingenuos y habrá gente que viene de otros partidos que quiera ser candidata, pues no hay un acuerdo para ellos, no hay un trato especial, que se inscriban (en el proceso interno).
“Es muy difícil que el Consejo de Morena les diga a los que acaban de llegar: ‘pásele’; tienen que pasar ese duro filtro y luego tienen que ganar la encuesta, difícil para algunos, por ejemplo, Eviel (Pérez Magaña) en Oaxaca, la rechifla que se llevó fue cabronsisima, si quiere ser candidato a algo, yo creo que ni de regidor de Oaxaca pasa en este momento, la gente fue muy dura o fue el caso de algunos ex militantes del PRI en Culiacán, Sinaloa”, enfatizó Fernández Noroña.
La adhesión más reciente que ha causado malestar en la base más dura de Morena es la del medallista olímpico y diputado federal por el PAN, Rommel Pacheco, de quien han exhibido fotografías festejando la votación en contra de la 4T de la reforma eléctrica y que, derivado de ello, calificaron a los legisladores opositores de “traidores a la patria”.
“Claudia es muy sensible, ha visto el malestar, hay muchos muchos cuadros del PRI que quisieran sumarse y eso se ha detenido por la inconformidad, ellos saben que no pueden aspirar a participar en este momento pero como han habido desplazamientos en otros momentos, pues es natural la inconformidad y la preocupación”, reconoció Fernández Noroña.
Lo que también comparten López Obrador y Sheinbaum Pardo en estos acuerdos es “reservarse el derecho de admisión”.
“No está abierta ni para Felipe Calderón, Carlos Salinas, Vicente Fox, Enrique Peña”…
(milenio.com)