Guadalajara.- La investigadora Elia Marúm Espinosa dijo que las académicas enfrentan retos por lograr un trato más igualitario con respecto de sus compañeros en las universidades mexicanas.
La directora del Centro para la Calidad e Innovación de la Educación Superior del CUCEA agregó que es frecuente que las mujeres ocupen puestos de segundo nivel, que requiere mayor trabajo y esfuerzo, sin la participación adecuada en la toma de decisiones de primer nivel.
“Su talento es desperdiciado o subutilizado por las instituciones educativas de México”, añadió la también coordinadora de la Cátedra Unesco Género liderazgo y equidad.
Explicó que es aparente la no discriminación salarial en muchas universidades, “hay estudios que demuestran que si bien una profesora y un profesor de la misma categoría ganan el mismo sueldo, los requisitos no son los mismos en el caso de las mujeres para darles la titularidad”.
Manifestó que hay comisiones dictaminadoras en muchas instituciones que están conformadas de manera principal por hombres y regidas por principios masculinos.
“En el caso de un hombre se le suele dar por ejemplo la titularidad A con años de antigüedad y licenciatura, además de productividad académica, en cambio, a la mujer se le pide maestría”.
Afirmó que hay algunos casos en los que resultó más fácil para los hombres obtener apoyos, “por ejemplo, para hacer una estancia en otra universidad o asistir a un acto académico, en comparación con las mujeres”.
Recordó que participa en una investigación permanente en torno de las académicas en nueve universidades mexicanas como la UdeG, la Autónoma de Nuevo León, la Veracruzana, las de Puebla y Yucatán, entre otras.
Lamentó que en ninguna de estas instituciones de educación superior encontró rectoras generales y en muy pocas había directoras de facultad, salvo en licenciaturas como enfermería o educación, “y en algunos casos no había mujeres a cargo ni en esas carreras”.
Subrayó que hay académicas que también sufren acoso sexual y laboral, “además de que enfrentan la discriminación al dárseles nombramientos con títulos masculinos, como profesor, investigador o jefe de departamento, se hace referencia a las mujeres con un lenguaje masculino que las invisibiliza o niega su existencia”.
“El lenguaje construye interpretación de la realidad y en muchas universidades se continúa construyendo la interpretación de la realidad desde una perspectiva masculinizante y masculina”, finalizó.