Toluca.- El detonante de la tecnología y su mal uso a la hora de conducir se convirtió en un factor de riesgo de accidentes automovilísticos entre los jóvenes y los estudiantes mexicanos.
A propósito del Día del Estudiante, que se conmemorará este sábado, el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) México informó que en el país hay alrededor de 4.5 millones de jóvenes registrados en escuelas de educación media superior.
Muchos de ellos, indicó, comienzan a tener sus primeras experiencias como conductores de vehículos automotores, y un número importante de ellos han tenido ya accidentes en este periodo de su vida.
El Cesvi consideró pertinente recordar las principales causas por las que se presentan los accidentes vehiculares donde se involucran jóvenes, quienes se encuentran en esta etapa de su vida.
El organismo especializado estableció que en años recientes el mal uso de la tecnología se ha sumado como un factor de riesgo de accidentes entre los jóvenes. Los errores más comunes al conducir de los jóvenes son:
Observar y hablar por teléfono celular mientras se conduce. Esto ocasiona que el conductor perciba sólo 40 por ciento de las señales de tránsito.
Además el ritmo cardiaco aumenta durante la llamada y se tarda más tiempo en reaccionar ante cualquier situación.
Poner atención a videos, programas deportivos o películas mientras se conduce, distrae la vista fácilmente y se puede llegar a sufrir un accidente en menos de un segundo.
Recostar el asiento del piloto, reduce el confort al conducir y el campo visual disminuye en un 35 por ciento.
Creer que la carretera es una pista de carreras y conducir a alta velocidad cambia la percepción de las cosas, y el riesgo de sufrir un accidente aumenta en 150 por ciento.
Asimismo, conducir descalzo hace que se pierda la sensibilidad al pisar los pedales.
Separar en exceso el asiento de los pedales de conducción, puede crear fatiga y originar lesiones cervicales en caso de choque.
Por otra parte, conducir con exceso de pasajeros, con ruido y distracciones dentro de vehículo, aumenta el 15.6 por ciento el tiempo de reacción para pisar el freno ante una eventualidad.
Gustar de frenar en exceso y propiciar arranques para “quemar” llanta afecta la salud física, así como de las demás personas, creando enfermedades bronco-respiratorias, asma y hasta cáncer pulmonar.