Ensenada.- México contará con herramientas de observación, desarrollo tecnológico y modelos numéricos para planes de contingencia y mitigación ante derrames de hidrocarburos a gran escala, informó Federico Graef Ziehl, director del Cicese.
El científico afirmó que con el proyecto Plataformas de observación oceanográfica, línea base, modelos de simulación y escenarios de la capacidad natural de respuesta ante derrames de gran escala en el Golfo de México, buscan alcanzar los objetivos en cinco años.
Dijo que este proyecto es impulsado por el Centro de Investigación Científica y Estudios Superiores de Ensenada (Cicese), con un financiamiento de mil 500 millones de pesos por parte de Conacyt y la Secretaría de Energía.
Refirió que buscan con estas herramientas, establecer planes de contingencia y actividades de mitigación en caso de derrames a gran escala en el Golfo de México e información para evaluar su impacto ambiental.
De acuerdo con lo señalado por Graef Ziehl, uno de los principales retos será coordinar el esfuerzo de 10 instituciones académicas y más de 100 participantes científicos (un número que podría llegar a 200 en el transcurso de los próximos meses).
Así, consideró, el trabajo en equipo será fundamental para poder cumplir con objetivos tan ambiciosos.
Recordó que tomó cuatro años lograr el reconocimiento y aprobación de la propuesta, misma que surgió en 2010 a raíz del derrame de la plataforma DeepWater Horizon, frente a las costas de Luisiana.
“Despertamos a la realidad de que no entendemos lo que pasa en el golfo. Ninguno de los modelos podía descifrar a dónde iba el crudo. De hecho, 25 por ciento de ese petróleo derramado no se sabe actualmente dónde está”, dijo el investigador del Cicese Juan Carlos Herguera.
El responsable técnico del megaproyecto, agregó que fue necesario replantear cómo tenía que ser la aproximación al problema, para poder entenderlo.
Además, añadió, se aprovechó que Petróleos Mexicanos tiene un genuino interés en este proyecto, mismo que ahora, con la reforma energética de 2014, no sólo tendrá como único usuario a esta paraestatal.
El megaproyecto está dividido en cinco grandes líneas de acción: Plataformas de observación oceanográfica, a cargo de Francisco Javier Ocampo Torres; y Línea base y monitoreo ambiental, a cargo de Sharon Herzka Llona.
También, Modelos numéricos de circulación y biogeoquímica, a cargo de Julio Sheimbaun Pardo; y Degradación natural de hidrocarburos, a cargo de Alexei Licea Navarro.
Además, Análisis de escenarios de derrames, a cargo de la Paula Pérez Brunius, que junto con los otros científicos forman parte del plantel de investigadores del Cicese.
En términos generales, Herguera dijo que con estas líneas de acción se pretende combinar el conocimiento de quienes se dedican a hacer mediciones en el mar, con el que generan aquellos otros que tratan de reproducirlo con modelos matemáticos y físicos.
“Lo que queremos es tratar de conocerlo de tal manera que los modelos y lo que observamos coincidan lo más posible”, dijo y ya posteriormente que sirva para que, en el caso de un gran derrame en el Golfo de México, se recurra a esos conocimientos.
Se refiera a las tareas de mitigación (y lo que deben hacer las autoridades y lo que no pueden hacer) “se plantee de una forma racional, dependiendo de la estación del año, de la profundidad y de otras variables que juegan un papel importante”.
En términos llanos, dijo, lo que se pretende es generar el conocimiento necesario para que cuando ocurra un derrame, las autoridades tengan las herramientas imprescindibles para tomar decisiones.