Aguililla, Michoacán, llora el asesinato de su presidente municipal, César Arturo Valencia y del asesor del ayuntamiento René Cervantes Gaytán.
El sábado, el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio, celebró una misa en honor a los funcionarios acribillados. Durante su homilía, el líder de la iglesia católica, pronunció un duro discurso contra los criminales que perpetraron los homicidios.
“Yo les encomiendo que pidan por aquellos que planearon y ejecutaron porque son más dignos de compasión ellos, son más dignos de compasión”, dijo.
El obispo de Apatzingán pidió a las autoridades restablecer la paz en tierra caliente y llamó a los narcotraficantes a arrepentirse de sus actos y a dejar atrás “las caravanas de la muerte”.
“La Paz es un bien universal y al estar trabajando por la paz, se está trabajando por todos, incluso por aquellos que ahora militan en esas caravanas de muerte como son los grupos delictivos de cualquier denominación que sean, la paz es un bien también para ellos”
Con un minuto de aplausos, empleados del ayuntamiento de Aguililla, rindieron homenaje al Alcalde y a su asesor.
“Yo sé que César y Rene van juntos con pasos firmes a la casa de nuestro creador. Que descansen en paz, así sea”, dijo una hermana del presidente municipal.
Nadie sabe quién dictó la sentencia de muerte contra el presidente municipal y su asesor, y es que ninguno recibió amenazas previas al atentado.
El único antecedente que se tiene es una serie de mensajes escritos en el perfil de Facebook del ayuntamiento por cuestiones políticas, textos que fueron eliminados horas después del crimen.
Los habitantes de Aguililla salieron a las calles para despedir a su presidente municipal, con un homenaje en el campo de fútbol.
Aficionado a las Chivas, César Arturo Valencia, será recordado en su comunidad como un hombre que impulsó entre los jóvenes el amor al deporte, el amor al fútbol.
“Gritaba cada gol de la selección, cada partido siempre lo mirábamos juntos” comentó el hijo del alcalde, quien prefirió guardar el anonimato.
El hijo del alcalde fue el encargado de tirar un penal en la portería de la unidad deportiva de Aguililla, que durante muchos años fue testigos de los golpes de su padre, culminando así el emotivo homenaje, donde, además, se lanzaron globos blancos al aire para pedir paz, esa paz que Aguililla perdió desde los años ochenta tras la aparición de los primeros narcotraficantes en la zona.
Los cuerpos de César y René, serán sepultados el domingo en el panteón de Aguililla. La esposa de César exige justicia, pero, sobre todo, que la paz regrese al municipio que vio nacer a su esposo, pero que también lo vio morir a manos de criminales.
“Que pongan más atención Aguililla. Él siempre me decía que él quería lo mejor para Aguililla y yo sé que sí”, dijo la esposa de César Arturo Valencia.
(milenio.com)