Las conversaciones reveladas por el gobierno federal entre Gildardo López Astudillo, El Gil, líder de Guerreros Unidos y policías de Iguala, no hacen otra cosa más que fortalecer la hipótesis que de los restos de algunos estudiantes de la normal de Ayotzinapa, podrían estar sepultados en las faldas del cerro de Pueblo Quieto, aseguró el ex procurador de Guerrero, Iñaki Blanco Cabrera.
“Muchos meses antes de lo que ocurrió en Iguala, detuvimos a un sujeto de nombre Ernesto Pineda Vega, quien nos hizo saber que Gildardo López Astudillo, también conocido como El Gallero, era el líder de Pueblo Viejo y que en esa zona se encontraba un buen número de fosas clandestinas, esto empata con lo que acabamos de escuchar, por lo que me parece por demás oportuno que se retome la investigación que tiene que ver con esa zona y las áreas contiguas”.
En los documentos hechos públicos el viernes, El Gil, le pide a Francisco Salgado Valladares, comandante de la policía de Iguala, que entregue a los normalistas detenidos en el camino que conduce a Pueblo Viejo.
-Gil: Páseme unos por el camino a Pueblo Viejo, yo los recibo.
-Gil: Verga suéltalos tengo unas camas (fosas clandestinas) para aterrizarlos, pásame los detenidos.
-Ignacio: Ok, son 21 personas en el autobús que van a salir.
El 5 de octubre del 2014, Iñaki Blanco informó del hallazgo de fosas clandestinas en las faldas del cerro de Pueblo Viejo; se presumía que entre las víctimas podrían estar los normalistas, lo que fue descartado por el equipo argentino de antropólogos forenses, que coadyuvaron en la investigación.
El ex funcionario señaló que fue un error que la Fiscalía General de la República dejar en libertad a Gilberto López Astudillo, actual testigo colaborador del caso, porque, presume, pudo haber ordenado que se alteraran los lugares donde podrían haber estado los cuerpos de los estudiantes.
“Lo más importante aquí es tener presente, si haber hecho testigo colaborador a Gildardo López no le dio la posibilidad de generar condiciones propicias a su favor y que pudo alterar los distintos lugares de los hechos en dónde él tuvo injerencia”.
El ex procurador de Guerrero, Iñaki Blanco Cabrera, sostuvo que el autor material del crimen es Gildardo López Astudillo, que otro implicado en el caso –que no ha sido detenido ni identificado por las autoridades– es El Choky, quien supuestamente ordenó el asesinato de diez normalistas; agregó que el basurero de Cocula también es clave para el esclarecimiento del caso.
(milenio.com)