El Tumin es una red nacida hace más de 10 años en El Espinal, Veracruz, en la región de Totonacapan, Papantla, a partir de las necesidades en un pueblo pequeño, en zona rural, en donde la gente no tenía suficiente dinero para resolver sus necesidades.
Con la intervención de una universidad intercultural en la región y los campesinos de la zona se empezó a generar esta propuesta de una moneda propia: “si nos hace falta dinero ¿cómo podemos organizarnos para depender menos de lo que nos hace falta, del dinero convencional?”.
Ahí nació la idea de crear esta moneda social que, por cierto, no es la única, pues hay varias en el país. El Tumin llega al fondo de lo que es y significa el dinero: “es un papel de cambio a partir de una convención, un acuerdo que tenemos como ciudadanos; sabemos que este papelito vale tanto y confiamos que el valor está respaldado en lo que nos han dicho los bancos, y en teoría es en oro; pero tristemente vemos que es tremendamente injusto”, dice Isaac Escamilla Sandoval uno de los principales promotores del Tumin en Hidalgo.
A la fecha hay más de 2 mil 800 productores integrados al uso de esta moneda solidaria en todo el país, se organizan de manera autónoma y todos los acuerdos son a la palabra, no hay un comité de vigilancia encima de los productores tratando de auditar qué es lo que producen o cómo lo producen.
Quien desee incorporarse tiene que solicitar informes al 7715660477 y, de ser aceptado, será incluido en un directorio nacional y recibirá una cantidad de Tumin de obsequio.
Romper paradigmas
Unos cuantos pueden poseer gran parte de la riqueza y la base de la población, la gran mayoría, no tiene ni siquiera resueltas sus necesidades básicas, dice Isaac. Ante esta problemática es que el Tumin nace con la propuesta para que las personas logren organizarse como productores solidarios y crear una economía con beneficios comunes.
“Se trata de regresar a romper con muchos paradigmas que el capitalismo nos ha traído, ideas como que los negocios no se vinculan con la amistad o esto de hacer dinero o negocios a costa de los demás o de la naturaleza la economía solidaria parte de principios, de generar bienestar (…), buscamos que sí haya un bienestar colectivo, un beneficio para mí y para mi familia, pero también considerando o teniendo presente el bienestar de los demás”.
Isaac explica que este sistema está basado en la confianza, “si uno dice que produce o comercializa tal cosas es bienvenido (…), lo que buscamos es sobre todo que tengamos herramientas para resolver las necesidades de vida sin estar dependiendo del sistema tan injusto del que participamos, del sistema capitalista”.
Con el Tumin se pueden adquirir toda una gama de productos y servicios, incluso refrescos, porque hay tiendas de abarrotes que sí validan transacciones con esta moneda solidaria.
Un Tumin es igual a un peso y es muy fácil usar y con la regla básica del 10 por ciento es algo que no es muy oneroso para los productores, quienes deciden en qué productos o servicios sí aceptan esta moneda y en cuáles no.
La moneda
En Hidalgo hay poco menos de un centenar de productores y prestadores de servicios involucrados ya en este sistema, comenta, pero desean ampliar la participación para que este mismo año se pueda contar en la entidad con la “Casa del Tumin”, el equivalente social a los bancos del capitalismo.
El Tumin nace con la propuesta para que las personas logren organizarse como productores solidarios y crear una economía con beneficios comunes: cuando en distintas regiones y estados no integramos más de 50 productores es cuando podemos generar nuestra propia moneda. El año pasado se consiguió ya imprimir el Tumin Tolteca, que es la moneda social representativa de Hidalgo.
También hay Tumin Morelos, Tumin Chiapas, Tumin Oaxaca, Tumin Veracruz. Cada quien puede mandar a imprimir y se tiene un control, hay folio, hay un sello y se tiene registrado todo el tiraje que se ha hecho de los tumines de manera histórica.
La Casa del Tumin
Hay mecanismos muy interesantes que se están dando de manera natural en algunas de las regiones donde está creciendo el Tumin, por ejemplo, la aparición de “La casa del Tumin”, que viene a ser como la banca comercial.
En el sistema financiero actual los bancos se encuentran en manos privadas y “si nos damos cuenta quiénes son los que hacen negocios o cuáles son los bancos en los que guardamos nuestro dinero, a final de cuentas son unas cuantas familias las dueñas, las que se están haciendo ricas aprovechándose de los demás, haciendo a veces negocios muy injustos aprovechándose de las necesidades de las personas”.
La realidad es que “La casa del Tumin” funciona muy bien, afirma Isaac. “En donde ha nacido se usa mucho más y hay productores que aceptan no solo el 10 por ciento sino hasta el 100 por ciento de lo que vale su producto, lo reciben en tumines porque les sirve bastante: hay gasolineras, hay presidencias municipales, iglesias, vulcanizadores, taxistas que lo aceptan y les sirve mucho y eso es ya muy funcional.
El funcionamiento de “La casa del Tumin” es cuestión de lógica básica: si yo produzco café y necesito mil tumines, llevo lo equivalente a mil tumines en mi producto y lo dejó a cambio de esa cantidad; además, incluso se llega a ofrecer un descuento a quien desee adquirir el producto y pagar con nuestra moneda: “lo que respalda el valor de la moneda somos nosotros mismos, son nuestros productos y nuestros servicios”.
En Hidalgo todavía no se ha concretado una “Casa del Tumin” porque hay poco más de 70 productores dispersos en diferentes regiones del estado, como Tula y Tulancingo, aunque confían en que este 2023 se podría establecer en algún lugar en donde las personas puedan conocer e inscribirse.
En Hidalgo pueden participar aquellas personas que ofrezcan bienes y servicios; ya hay mecánicos, panaderos, personas que trabajan bisutería o productores de hierbas, textiles, conservas y servicios como masajes, organizadores de fiestas, intérpretes, pintores, y diseñadores; debe haber un 70 o 75 por ciento de productores variados y alrededor de 25 por ciento de servicios.
¿Y cómo se puede involucrar alguien que no ofrece ni productos ni servicios? Es sencillo. Si acude a una tienda donde hay Tumines o a un evento “y debes pagar 80 pesos y das 100 pesos y quieres involucrarte, te pueden dar el Tumin a cambio, si lo aceptas y confías en esta moneda puedes recibir los 20 Tumines en lugar de 20 pesos y esos ocuparlos con quienes reciben tumines, esa sería la manera de articularse si les interesa y quieren ser voluntarios para labores de tipo organizativo o difusión o de eventos, bienvenidos”.
(milenio.com)