La guerra que dos cárteles, con orígenes en Sinaloa y Jalisco, mantienen en Chiapas desde 2021, se está extendiendo a diferentes escenarios de la geografía estatal, principalmente aquellos que se ubican dentro del corredor fronterizo.
En este contexto, analistas sociales aseguran que por lo menos desde hace un año la región de la Selva Lacandona ha sido invadida por el crimen organizado y en consecuencia los centros turísticos como Las Nubes y otros más, han sido alcanzados y ahora enfrentan un escalamiento de violencia que los ha obligado a cerrar sus puertas.
¿Adiós al turismo de Chiapas?
Sismondi Esparza Flores, presidente de la Asociación de Empresas de Turismo de Reuniones y Tour Operador Turístico, aseguró que son por lo menos cinco centros ecoturísticos los que han decidido ya no recibir a visitantes, ante la falta de garantías de seguridad en la zona, mientras que otros que aún ofrecen el servicio de paseo, su acceso resulta casi imposible.
“Lamentable es que no es el primer centro turístico que está cerrando, llevamos varias semanas sin poder entrar a Frontera Corozal, que es un Centro donde hay alojamiento, servicio de alimentos y además desde ahí salen las cooperativas fluviales para visitar la zona arqueológica de Yaxchilán, entonces ahí ya perdimos ese lugar (…) Los lagos de Colón tienen más de un año que ya no los podemos visitar por motivo de seguridad”, puntualiza.
El primer centro ecoturístico en suspender actividades fue Lagos de Colón, después Escudo Jaguar y Yaxchilán en la zona de Frontera Corozal, le siguió el Parador Santa María en Lagos de Montebello y ahora Las Nubes, sin embargo, el riesgo es latente para los sitios como los Lagos de Montebello, Lacanjá, Nahá y Las Guacamayas.
Considerando estos hechos, los prestadores de servicios turísticos confirman que, hasta el momento, llevan un registro de cancelaciones de las reservaciones para fin de año de un 10 por ciento, pero temen que esta cifra se incremente y sea uno de los factores que no permita la recuperación del sector tras el paso de la pandemia.
“Pero lo más triste es que sí ya hay cancelaciones y esta alarma, esta alerta que tenemos, repito, está justificada porque ya hay personas, agencias, clientes, turistas, mayoristas, que ya tienen conocimiento y ya empezaron a cancelar”, afirma.
¿Por qué están en la mira?
Los sectores productivos del estado sureño del país han comenzado a ser presa fácil del crimen organizado, pues son considerados como sitios aptos para implementar el negocio del cobro de piso y el tráfico de drogas, por su cercanía con una de las rutas de trasiego, aunado a las pistas de aterrizaje que algunas comunidades tienen y que hoy están al servicio de la delincuencia, asegura Gerardo Alberto González Figueroa, académico del Colegio de la Frontera Sur.
“Son lugares estratégicos, todos estos lugares donde miras, donde hay producción hasta de plantas, incluso actividades de talleres y transporte se convierten en una mercancía y al convertirse en una mercancía eso provoca una renta, cuál es la renta del crimen organizado los cobros de derecho (…) Y el ecoturismo o el turismo es una actividad económica que obviamente sigue siendo redituable”, señala.
Finalmente agregó que el problema del crimen organizado se debe ver no como un problema focalizado que solo involucra unas cuantas personas, sino como un problema de gran envergadura que no solo está abarcando la zona fronteriza de Chiapas con Centroamérica, sino que se impregna hacia la frontera norte, pasando diversos territorios que es tanto el paso de migrantes como el paso de las drogas y el papel que va ocupando uno u otro cartel sobre los diversos territorios.
(milenio.com)