Cancún.- Un nuevo nicho de inversión productiva surge con el modelo de negocio basado en la agricultura orgánica local, afirmó la directora de la Asociación Hojas Verdes, Sheila Larissa Collado Alfaro.
En conferencia de prensa, explicó que el modelo se basa en crear una empresa que es propietaria de un terreno donde se siembra orgánico y cada uno de los socios de la empresa recibe cierta cantidad de productos periódicamente, y se vende el excedente.
“Si al final de la temporada hay utilidades, éstas se reparten entre los socios”, explicó la ejecutiva en el encuentro con los medios de este día.
Subrayó que se trata de establecer una granja certificada como productor orgánico y con sus procesos debidamente auditados externamente.
Sheila Larissa Collado Alfaro es integrante del comité organizador del III Diplomado Internacional en Agricultura Orgánica, Permacultura, Cromatografía y Microbiología de Suelos, a celebrarse del 21 al 30 de Septiembre del 2015, en la Universidad del Caribe.
Dijo que un modelo de negocio basado en agricultura orgánica local tiene la premisa de que el ser co propietario o socio de una empresa propietaria de la tierra que provee de los alimentos, conecta directamente con la fuente de abastecimiento y elimina las barreras en la transición hacia los sistemas de consumo y producción local.
“Cualquiera que desee ser socio puede comprar una acción de la empresa. Al hacerlo apoya el desarrollo de la seguridad alimentaria de la comunidad, regenerando la tierra y compartiendo el potencial de ganancias económicas con el resto de los socios”, detalló.
Sólo pueden ser socios, subrayó, personas en un radio de 200 kilómetros a la redonda de la granja. “De esta forma se garantiza que todo el modelo se mantenga a nivel local.
La especialista argumentó que uno de los criterios es que la tierra de la granja nunca tendrá hipotecas o cargas financieras a largo plazo, manteniéndose libre de pagos excesivos.
Además dijo que el suministro directo de la comida producida en la granja de los socios elimina 92 por ciento del gasto de combustible y la contaminación asociada, reduciendo el costo de los alimentos.
“Estamos hablando de una granja certificada como productor orgánico y de que sus procesos sean auditados por servicios ajenos a la granja”, explicó.
Según explicó, la granja excederá los estándares establecidos para su operación, al contar con expertos que apoyan en el desarrollo de cada una de las parcelas, en aspectos como la cosecha de agua y tierra, la conservación de microorganismos benéficos del suelo, la preparación de compostas, la integración de animales en el proceso.
Estimó que es un hecho que “todos necesitamos un productor local de comida orgánica, pues la crisis ecológica que se enfrenta a nivel mundial se debe principalmente a la conversión de tierras forestales a tierras agrícolas.
De igual forma señala que el mensaje es promover el “trabajo con la naturaleza y no contra ella”.
Externó su preocupación por hecho de que cada vez más los monocultivos requieren multitud de pesticidas y fertilizantes que están ligados a un gran número de problemas de salud, como son el descenso de la fertilidad masculina, obesidad, enfermedad de Parkinson, y también tres tipos de cáncer más frecuentes.
Collado Alfaro, refirió que los retos obligan a repensar la comida en sí misma, a desarrollar un nuevo modelo de producción agrícola más saludable, tanto para la humanidad, como para el planeta.
“Acercarnos a la sustentabilidad y a las granjas a pequeña escala puede duplicar la producción alimenticia en los próximos 10 años y es una estrategia vital para la seguridad alimentaria”, vaticinó.
“Nuestro planeta tiene un abasto finito de agua y tierra, y la demanda de ambos se incrementa rápidamente como resultado del crecimiento de la población, la urbanización y la producción agrícola a gran escala, añadió.
Mencionó que las estimaciones actuales indican que no habrá suficiente agua para abastecer la producción alimenticia dentro de 25 años y que muchos de los países que son grandes productores de alimentos, como Estados Unidos, China, India, Pakistán, Australia y España alcanzaron o están por alcanzar su límite de recursos hídricos.
“Por eso, dentro de las próximas dos generaciones (50 años) necesitamos incrementar la producción de alimentos en 110%, ya que actualmente “perdemos alrededor de 1 por ciento de nuestro suelo agrícola cada año principalmente debido al crecimiento urbano”, indicó.