Buenos Aires.- El escándalo de corrupción en la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) golpeó al futbol argentino porque en la causa están involucrados tres empresarios locales y Julio Grondona, quien fue dirigente de este deporte durante 35 años.
La crisis de la FIFA debilita más al futbol argentino, que ya enfrenta graves problemas de violencia, corrupción y deudas millonarias de los clubes.
Las autoridades estadunidenses solicitaron la víspera la captura de altos funcionarios de la FIFA, pero hasta la noche se supo que Grondona estaba involucrado en la denuncia.
El nombre del poderoso dirigente salió a relucir en el abultado expediente judicial en el que se le acusa de haber recibido millonarios sobornos para otorgar los derechos de transmisión de varios torneos de Copa América.
Grondona falleció en julio del año pasado, después de haber comandado los designios del futbol local durante tres décadas y media, ya que fue nombrado en 1979, durante la última dictadura militar, pero logró sobrevivir durante el resto de los gobiernos democráticos.
Las sospechas de manejos mafiosos eran tan evidentes que Grondona era llamado por algunos subordinados como “El Padrino” y ni siquiera las constantes denuncias que el ídolo Diego Armando Maradona hizo en su contra lograron minar el poder que le daba ser también vicepresidente de la FIFA.
Ahora, ya muerto, hay acusaciones firmes de la corrupción en el futbol mundial y el argentino en particular, un deporte en el que se llevan a cabo oscuras y millonarias transferencias de jugadores a Europa y el resto de América Latina.
Pese al millonario financiamiento que la Asociación de Futbol Argentino (AFA) logró durante los últimos años de la dirigencia de Grondona, gracias a un acuerdo con el gobierno, la mayoría de los clubes, incluidos los más importantes, están sumidos en deudas y apenas si logran sobrevivir.
A ello se le suma la constante violencia que ya ha dejado un saldo de más de 300 muertos en las canchas y permanentes enfrentamientos y tensiones entre los “barrabravas”, los grupos de golpeadores financiados por los propios clubes.
El último capítulo vergonzoso del futbol local se sufrió hace apenas dos semanas, cuando se tuvo que suspender el partido de octavos de final de la Copa Libertadores por un ataque con gas pimienta en contra de los jugadores de River Plate.
Grondona ya no tendrá que rendir cuentas a la justicia, como sí deberán hacerlo los empresarios Alejandro Burzaco, y Hugo y Mariano Jinkis, influyentes personajes del negocio del futbol, ya que manejan millonarios contratos gracias a los cargos que ostentan en el departamento de publicidad de la FIFA.
El delito que se les imputa es el cobro de 150 millones de dólares en sobornos y comisiones ilegales para obtener medios de comunicación y derechos de comercialización lucrativa de los torneos internacionales de futbol.
La justicia estadunidense comenzó anoche los trámites de detención y extradición de los tres empresarios, por lo que la justicia argentina deberá dar una respuesta en los próximos días.