Tras casi dos años de presidir la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), Blanca Guerra, quien próximamente dejará el cargo para continuar con su carrera como actriz, se dijo satisfecha con las acciones emprendidas durante su gestión, una de ellas la de posicionar al organismo como un referente para la escena cinematográfica del país.
Guerra comentó que al estar posicionada y con líneas de acción especificas en materia de promoción del cine nacional, el trabajo del o de la nueva presidenta tendrá que enfocarse en darle continuidad y aportar sus propias estrategias para beneficio del mismo.
La actriz se dijo agradecida por la forma en que recibieron y escucharon sus propuestas los representantes de instituciones como la SEP, SHCP, Conaculta, Imcine, entre otras, y por supuesto los miembros de la comunidad cinematográfica.
“No sé que tanto hayan repercutido nuestras charlas para que nos destinaran un presupuesto, pero eso nos ha ayudado a cumplir con los objetivos”, apuntó.
Destacó la sensibilidad de todos aquellos que colaboraron y entendieron la importancia de la Academia, “porque la AMACC no sólo es una institución que reconoce anualmente lo mejor del cine, sino que promueve la preservación, difusión, defensa y desarrollo de la cinematografía”.
En agosto de 2013, fecha en la que asumió el cargo, declaró que uno de los objetivos del comité sería el evaluar de forma exigente los trabajos cinematográficos que se presentaran para obtener el Premio Ariel, motivo por el cual espera que al igual que en su gestión, se evalúe en qué punto se encuentra la cinematografía y qué tan a la vanguardia está.
Aseguró que la producción de cine nacional ha incrementado, y que tan sólo en 2014 se hicieron 130 películas, de las cuales un buen número fueron buenas y de enorme calidad, a la par de reconocer que en México no existe una industria cinematográfica, por lo que se debe trabajar en eso.
En su opinión, se deben continuar las gestiones con los distribuidores y exhibidores a fin de que se dote de las mismas oportunidades a las cintas nacionales.
“Creo que tenemos que seguir trabajando en lograr estrategias efectivas, esto no se puede alcanzar de un momento a otro, va poco a poco, hay que irlo encaminando y posicionando entre los mexicanos”, señaló.
“No podemos conformarnos en que al año hayan dos películas con éxito taquillero, hay que ver dónde está el problema y dónde hay que atacar; la ley cinematográfica, en las pláticas con los exhibidores y distribuidores o con las autoridades de gobierno, incluso con los medios de comunicación, pues son el enlace con el público”.
La interprete, ganadora de varios Premios Ariel, pugnó porque la comunidad sea solidaria y “apoye el cine mexicano yendo y pagando un boleto. Hay películas muy malas pero en todo el mundo pasa, y es un terreno muy subjetivo porque a lo mejor a la que a alguien no le gustó, un gran número de personas la vuelve un éxito”.
Pese a que puede reelegirse como presidenta de la AMACC, Blanca Guerra prefiere tomarse un receso para equilibrar sus finanzas porque como es sabido, el cargo que hasta ahora ostenta es honorario.
Comentó que estar al frente de la Academia le ha dado la oportunidad de decirle al público que puede comprometerse y dar buenos resultados en otra faceta profesional, por lo que luego de la 57 ceremonia del Premio Ariel, “empezaré a poner toda mi atención, capacidad y tiempo en mi trabajo como actriz”.
“Necesito retomar mi carrera en televisión, cine y teatro, además de que quiero desarrollar proyectos que tengo en mente, pero si la Academia me pide apoyo como miembro activo, lo voy a seguir haciendo”, concluyó Guerra, quien en 2014 participó en la puesta en escena “¿Quién teme a Virginia Woolf?”, al lado de Álvaro Guerrero, Sergio Bonilla y Adriana Llabrés.