Una colada de lava del Cumbre Vieja “se come literalmente viviendas, infraestructuras, cultivos que va encontrando a su camino hacia la costa del valle de Aridane”, explicó el presidente de la administración local.
La situación en la zona de la isla española de La Palma afectada por la erupción del volcán Cumbre Vieja “es desoladora”, porque “una colada de lava con una altura media de seis metros se come literalmente viviendas, infraestructuras, cultivos que va encontrando a su camino hacia la costa del valle de Aridane”, explicó este lunes (20.09.2021) el presidente del Cabildo (administración local), Mariano Hernández Zapata.
Esta colada de lava ha emitido hasta el momento entre 6.000 y 9.000 toneladas diarias de dióxido de azufre y avanza a 700 metros por hora. Y, de acuerdo con la información que las administraciones han recibido de los organismos científicos que vigilan el comportamiento del volcán, se espera que entre en el mar en la costa de Tazacorte, posiblemente en Playa Nueva, en Los Guirres, en esta isla que forma parte del archipiélago atlántico de Canarias.
Como ya se avanzó en la noche el domingo, Hernández Zapata confirmó que no hay víctimas que lamentar en esta erupción, algo por lo que ha felicitado a los organismos científicos presentes en la isla, porque predijeron la situación con casi una semana de antelación y dieron a las autoridades un punto de inicio probable que solo distaba 300 metros del lugar donde estalló finalmente el volcán.
“Gracias a ese trabajo previo se pudo evacuar horas antes de la erupción a las personas dependientes y, a la lo largo del día de ayer, domingo, se desalojó a más de 5.000 personas por la zona donde se prevé que puede avanzar la lava”, remarcó.
Hernández Zapata señaló que, tras tener la certeza de que “el 100 por ciento de las personas están seguras y no hay que lamentar daños personales”, ahora dirigen su preocupación a “los daños en infraestructuras y a los proyectos de vida de las personas, que son sus viviendas”.
“Tenemos que estar ahora las administraciones más cerca que nunca de todos los vecinos que han perdido sus hogares en esta catástrofe”, concluyó.
Servicios de emergencia movilizados
Entretanto, la Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene desplegados en La Palma 67 miembros y 30 vehículos, un contingente que se incrementará a lo largo de la mañana hasta alcanzar los 180 efectivos y 57 vehículos, entre ligeros y pesados, en tanto que está prevista la llegada de tres hidroaviones a primera hora de la tarde.
Los datos los ha facilitado la ministra de Defensa, Margarita Robles, en una entrevista en Antena 3 Televisión, en la que ha subrayado que se va a contar con todos los medios que sean necesarios para hacer frente a la erupción volcánica, “siempre a disposición de la dirección de la emergencia”.
Así, se está analizando la posibilidad de enviar algún tipo de material y personal especializados en gases por si fuera necesario y la Armada está preparada por si hubiera que “hacer algún tipo de acercamiento por mar”, ha asegurado Robles.
La ministra ha explicado que sobre las cuatro de la tarde de ayer se habilitó el acuartelamiento de El Fuerte, donde ya se ha acogido a más de 200 personas con movilidad reducida y también a familias con niños, por lo que se ha tenido que adecuar la cantina en alojamientos.
Robles ha señalado que a primera hora esta mañana la UME tenía asignado el seguimiento de la lava en una zona determinada y su función principal será ayudar en los incendios que se van produciendo, aunque también en eventuales evacuaciones en función de los acontecimientos. “Lo que haga falta, lo que se diga y poniendo todos los medios necesarios”, ha insistido.
Robles ha señalado que durante la mañana de ayer ya había la percepción de lo que podía ocurrir y ha subrayado que “las cosas están funcionando”.
Octava erupción
Las siete erupciones que hasta este domingo había vivido la isla de La Palma en tiempos históricos -desde la Conquista del archipiélago español del siglo XV-, se concentraron todas en el entorno de la Cumbre Vieja y su duración osciló de uno a tres meses.
La más larga de cuantas se han documentado hasta la fecha en la Isla Bonita es la del Tehuya, ocurrida en 1586, que se prolongó 84 días: del 19 de mayo al 10 de agosto. La más corta, en cambio, fue la que hasta ayer era la última en la isla y penúltima en Canarias: la del Teneguía, en 1971, que duró 24 días, del 26 de octubre al 18 de noviembre.
(dw.com)