San Salvador.- El jefe regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Juan Pedro Schaerer, afirmó que la institución humanitaria atiende nuevos flagelos como la violencia armada y la migración irregular que afectan a la población.
El diplomático suizo dijo que el CICR, una “organización imparcial, neutral e independiente”, enfrenta “situaciones nuevas que se deben atender” como la migración clandestina y la violencia armada, ejercida por estructuras criminales.
“Una organización como el CICR tiene su razón para intervenir en estas situaciones”, según su misión “exclusivamente humanitaria de proteger la vida y la dignidad de las víctimas de los conflictos armados y de otras situaciones de violencia”, de “consecuencias graves para la población”, indicó.
Señaló que Centroamérica pasó de padecer los conflictos armados en la década de 1980, por el enfrentamiento entre ejércitos y guerrillas, a la violencia de los grupos armados en los últimos años.
El flagelo de la violencia en la actualidad es causado, entre otros factores, por la creciente presencia del crimen organizado y la delincuencia, indicó Schaerer, quien encabeza la Delegación Regional del CICR para México, América Central y Cuba.
Citó el caso de El Salvador, donde el CICR trabajó en el tiempo del conflicto armado interno, pero a raíz de la firma de los acuerdos de paz en 1992 entre el gobierno y la guerrilla, “poco a poco se fue retirando”.
Dijo que en 2012 “ante la situación de violencia armada que prevalecía, se decidió restablecer la presencia permanente (del CICR) para trabajar sobre las consecuencias de la violencia, de cómo afecta a las poblaciones”.
Con la asistencia de funcionarios del gobierno y autoridades de la misión internacional, el CICR abrió el 20 de marzo su nueva oficina fija en San Salvador, que está dirigida por el británico Derek Spranger.
Schaerer afirmó que “hay varios grupos o actores armados que están presentes en El Salvador y el resto de América Central y en México, que generan una serie de problemas y acoso para la población”.
“No estamos en una situación de un conflicto armado convencional, pero sí hay consecuencias para las poblaciones” por efecto del crimen organizado y la delincuencia, indicó el jefe del CICR, con sede regional en la Ciudad de México.
Aclaró que no compartía la visión de que en Centroamérica la violencia es imparable y que se registran más muertes violentas que las generadas en una zona o país con conflictos armados vigentes.
“No cabe hacer comparaciones entre un conflicto en Medio Oriente y la situación por la violencia armada en El Salvador u otro país de la región. En todo caso, cada situación conlleva sus consecuencias para la población civil”, enfatizó.
El jefe regional del organismo humanitario mundial se refirió también a un nuevo flagelo que amenaza a una parte importante de la población, como es el fenómeno de la migración irregular.
“Hay muchos grupos de personas que por razones económicas o la misma situación de violencia deciden hacer el viaje hacia el norte, con todos los riegos que eso implica”, apuntó.
Explicó que en el CICR se tienen “varios programas que se aplican en la ruta migratoria al norte, sobre todo cuando los migrantes centroamericanos pasan por alguna zona difícil”, con presencia de grupos criminales.
El diplomático suizo dijo que asisten a numerosos deportados, “al acompañar los procesos de repatriación para verificar que estos se hagan con respeto a los derechos humanos de los migrantes y con seguridad”.
Resaltó que en este tema también participan en la atención del problema de los migrantes desaparecidos, que caen en manos del crimen organizado.
“No manejamos cifras de desaparecidos en la ruta migratoria a manos de los grupos armados (crimen organizado), es algo muy difícil de saber, pero hablamos de miles de personas migrantes que habrían desaparecido”, advirtió.
A propósito, dijo que tanto en El Salvador como en Guatemala “todavía hay miles de casos de personas desaparecidas que vienen de los tiempos del conflicto armado, y que no han sido resueltos”.