Washington.- Legisladores republicanos y demócratas fustigaron hoy al nuevo director del Servicio Secreto, Joseph Clancy, tras el incidente en que dos agentes alcoholizados estrellaron un vehículo oficial contra una valla de seguridad en la Casa Blanca.
En su primera comparecencia ante el Comité de Gastos de la Cámara de Representantes, Clancy aceptó haber sido informado del incidente cinco días después de ocurrido y se declaró “frustrado” de no poder despedir a ningún agente hasta que se complete la pesquisa oficial.
“No hay excusa para que esta información no me haya llegado”, dijo Clancy. Pero “va a tomar tiempo cambiar está cultura (…) Eso va a tomar tiempo voy a tener que construir confianza en nuestra fuerza laboral”, señaló.
Dos veteranos agentes del Servicio Secreto habrían golpeado con su vehículo oficial una barricada de seguridad, a raíz de que el conductor manejaba aparentemente alcoholizado luego de asistir a una fiesta.
Aunque los agentes que detectaron el incidente trataron de detener y someter a los dos infractores a pruebas de alcohol, un supervisor intervino, evitó que fuera sometidos al alcoholímetro y los mandó a su casa. La agencia no informó hasta que fue publicado por The Washington Post.
Clancy reconoció ante los legisladores no haber entrevistado a ninguno de los agentes involucrados toda vez que el incidente es investigado por la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Interna (DHS).
Pero el republicano de Kentucky Harold Rogers, cuestionó a Clancy por no haber hablado con los agentes. “Estoy decepcionado que no haya conducido su propia investigación dura”, dijo Rogers quien acusó a Clancy de no parecer tener la “determinación” de hacer los cambios necesarios en el SS.
“Estaremos esperando y observando”, advirtió Rogers a Clancy, quien se mostró visiblemente nervioso y balbuceante en sus respuestas ante el panel legislativo.
En su turno, la demócrata Nita Lowey se declaró “escandalizada” por la declaración de Clancy en el sentido de que tomará tiempo el cambio de la cultura del Servicio Secreto.
“Encuentro su testimonio escandaloso”, le dijo Lowey, quien sostuvo que el jefe del SS debe tener la autoridad de autoridad de despedir de manera fulminante a agentes en estado de embriaguez operando vehículos oficiales. Desde el incidente sólo dos supervisores fueron suspendidos.
Clancy dijo compartir la frustración de los legisladores pero pidió esperar la concreción de la pesquisa del Inspector General para determinar si los hechos reales del incidente se ajustan a las versiones que han sido filtradas a la prensa.
El objetivo original de la comparecencia de Clancy fue defender la petición presupuestal de 1.9 mil millones de dólares para el año fiscal 2016, pero la sesión estuvo dominada por el incidente de los agentes alcoholizados y por otros fiascos de seguridad en la protección de la Casa Blanca.
El Servicio Secreto ha sido objeto de fuerte escrutinio público y legislativo en medio de críticas de que mantiene una cultura permisiva que derivó en el “Prosti-gate”, cuando agentes contrataron prostitutas durante de la Cumbre de las Américas en Colombia en 2012.
La agencia que cuenta con más de seis mil agente no ha logrado desactivar las críticas, en especial luego que el soldado de origen puertorriqueño Omar González logró penetrar a la Casa Blanca a pesar de todas las medidas de seguridad en vigor.
Al menos 16 incidentes similares de traspasar la reja de seguridad se han registrado en la Casa Blanca en los últimos cinco años. A raíz de los problemas, la residencia ejecutiva tiene ahora un perímetro adicional de rejas de seguridad y vigilancia más visible.