Buenos Aires.- El presidente de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay, Milton Romani, garantizó hoy aquí que la histórica ley que regula la producción, consumo y venta de marihuana en ese país tendrá plena vigencia a más tardar a principios de 2016.
“La implementación de la Ley tiene tres partes, las dos primeras se refieren a los cultivadores y a los clubes de cannabis y eso ya está avanzado”, afirmó Romani en el Seminario “Drogas: del prohibicionismo a la regulación”, realizado en la Universidad Torcuato di Tella.
Desmintió rumores que se esparcieron durante los últimos meses, que aseguraban que el presidente Tabaré Vázquez, quien asumió en marzo pasado, vetaría la legislación que fue aprobada en diciembre de 2013.
“Acusaron a Tabaré de que no estaba de acuerdo con la ley, lo que pasó fue algo normal de un gobierno que llega y revisa políticas, pero si no es para la próxima Navidad, será para Reyes: la Ley se aplicará con las garantías necesarias”, dijo.
El 10 de diciembre de 2013, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la producción, venta y consumo de marihuana, mediante una inédita legislación impulsada por el entonces presidente José Mujica.
La Ley prevé la inscripción de consumidores en el Instituto de Regulación y Control de Cannabis (IRCC), un nuevo organismo público que otorgará licencias de plantación de marihuana, fiscalizará a los usuarios y sancionará a quienes incumplan las leyes.
Dentro de sus 44 artículos, la legislación permite la compra de hasta 40 gramos mensuales de marihuana en farmacias, y aunque los consumidores deben registrarse previamente ante el IRCC, su identidad se mantendrá en reserva.
Por otra parte, autoriza y regula el autocultivo personal de hasta seis plantas de marihuana por hogar, así como una producción colectiva de la droga en clubes de membresía integrados por un mínimo de 15 y un máximo de 45 socios.
Además, prevé la producción para fines de investigación científica y de uso medicinal y permite la producción del cannabis no psicoactivo conocido como cáñamo industrial, pero prohíbe que se fume marihuana en espacios públicos cerrados y que se publicite.
Romani, quien participó en la mesa “Abordajes alternativos y nuevos enfoques en las políticas de drogas”, advirtió que “si nos va mal con la regulación, nos vamos a presentar ante la comunidad internacional” y la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) para reconocer “esto no sirvió para un carajo”.
Sin embargo, destacó que Uruguay impulsó estas reformas sin ingenuidad, a sabiendas de que ni la violencia, ni los problemas de salud derivados del consumo de drogas ni el mercado ilegal se van a terminar.
También recordó que en el país sudamericano jamás estuvo penalizada la tenencia de marihuana para consumo personal, y que las políticas neoliberales de décadas pasadas permitieron que se convirtiera en un centro de lavado de dinero, lo que ya quedó atrás.
El funcionario recriminó a otros gobiernos de la región que, pese a identificarse como progresistas o de izquierda, no entienden que las reformas sobre drogas tienen una dimensión geopolítica.
“Algunos compañeros no han entendido las reformas y siguen el mismo modelo que los gringos, quiero polemizar con ellos, porque los cambios deben impulsarse sobre todo para defender nuestra soberanía”, expresó.
Por ahora, dijo, unos tres mil 300 uruguayos ya no acuden al mercado ilegal para conseguir marihuana, lo que es un gran avance, a lo que se suma el creciente interés de empresas a las que el gobierno permitirá sembrar y vender cannabis.