Ginebra.- El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, urgió al gobierno y al pueblo de Libia “a unirse contra extremistas que lanzan ataques con motivos religiosos, étnicos, nacionales, raciales o políticos”.
El llamado de Zeid surge en respuesta a la decapitación masiva de 20 cristianos coptos egipcios y al parecer de otro hombre cristiano en Libia, lo que calificó de “crimen vil focalizado contra personas sobre la base de su religión”.
“El asesinato brutal de estos hombres, y el intento horroroso para justificar y glorificarlo en un video, debe ser condenado por todos, especialmente por el pueblo de Libia que deben resistir a la manipulación de estos grupos takfiri”, dijo Zeid en un mensaje dirigido a la prensa.
“Asesinar prisioneros o rehenes está prohibido por el derecho internacional y el derecho islámico”, recordó.
“Esta no es la primera vez que los cristianos coptos han sido blanco en Libia o en el resto de la región. Como se describe en un informe que publicamos la semana pasada, en un informe en el que se documentan varios incidentes relacionados con los secuestros de los coptos egipcios en Libia”, señaló.
En un incidente, en diciembre del año pasado, los cuerpos de tres miembros de una familia cristiana copta se encontraron en Sirte, recordó Zeid, quien también hizo referencia a ataques contra iglesias y otros lugares religiosos en Libia durante los últimos tres años.
En cuanto a la respuesta militar de Egipto, Zeid enfatizó que debe garantizarse el pleno respeto de los principios de distinción entre civiles y combatientes, al igual que objetos civiles y objetivos militares.
La decapitación de los 21 hombres se llevó a cabo en un contexto de creciente anarquía en medio del conflicto armado en Libia.
El informe publicado la semana pasada detalla la creciente violencia y los combates en el país, que está afectando gravemente a los civiles en general y grupos específicos, en particular, -incluyendo a los cristianos coptos, otras minorías, inmigrantes, periodistas y defensores de los derechos humanos.
El sábado, el personal de la ONU recibió informes de que el director de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Libia, Hadi Ben Taleb, y uno de sus miembros, Ahmed Osta, habían sido secuestrados por el grupo armado extremista al-Sa’dawi en el barrio de Ain Zara de Trípoli.
Ante ello, Zeid pidió la liberación de los dos defensores de derechos humanos.
El Alto Comisionado instó a todas las partes en Libia a trabajar en pro de un diálogo significativo para poner fin al conflicto actual, y en particular, a participar de manera constructiva en los esfuerzos del representante especial del Secretario General, Bernardino León, para avanzar en un proceso político inclusivo dirigido a hacer frente a los desafíos políticos y de seguridad de enormes proporciones de Libia.
“Esta es la única solución”, afirmó Zeid, subrayando que el camino hacia una Libia pacífica y próspera -como en cualquier otro lugar- consiste en defender los derechos humanos de todos, independientemente de la fe, la etnia o afiliación política.
Unirse, copiar o ceder a los grupos que glorifican actos sangrientos “es similar a la compra de un billete de ida a un desastre”, comparó Zeid.
“Adoptar la conducta extremista takfiri -dijo Zeid refiriéndose al Estado Islámico- simplemente añade una capa sobre otra capa de dolor en un país que ya sufre, como hemos visto con toda claridad en Siria e Irak”.