Dallas.- La Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos acordó este lunes revisar, por segunda vez, el programa de admisiones de la Universidad de Texas (UT) que utiliza el factor de la raza para facilitar el ingreso de estudiantes de minorías.
Cerca del 25 por ciento de los estudiantes de primer año de la UT ingresan a la universidad bajo un sistema multifacético que considera para el ingreso la raza y el grupo étnico de la persona, además de talentos especiales, circunstancias familiares, cualidades de liderazgo, calificaciones y resultados de exámenes.
La Suprema Corte ya revisó la política de admisión de la UT en una ocasión en 2013 y sin descalificarla o aprobarla, dictaminó que cortes inferiores aplicarán criterios más estrictos para darle validez.
El caso se desprende de una demanda presentada en 2008 por la estudiante de origen anglosajón Abigail Fisher, tras no haber podido ingresar a la Universidad.
Fisher interpuso la demanda para pedir a una corte federal declarar la política de admisión de la UT, como incompatibles con una decisión de 2003 de la Suprema Corte de Justicia que estableció que la raza tenía un papel adecuado, pero limitado en las políticas de admisión de las universidades públicas.
“Estoy muy agradecida de que la Suprema Corte volverá a escuchar mi caso”, dijo Fisher en un comunicado este lunes. “Espero que los jueces vayan a decidir que en la UT no se permite el tratamiento de los solicitantes de ingreso de manera diferente debido a su raza u origen étnico”.
El juez federal Sam Sparks confirmó el programa de admisión de la UT en 2009, al considerar que el factor de la raza era solo “un factor de un factor de un factor de un factor”.
En su dictamen, Sparks dijo que el factor de raza era una de las siete “circunstancias especiales” que conforman uno de los seis factores que constituyen una “puntuación de logro personal”.
Esa puntuación, a su vez, es uno de los tres factores, junto con dos ensayos personales, que generan un “índice de logro personal”.
Ese índice se acopla con un “índice académico” que lleva a resultados de las pruebas y el rango de clase en cuenta para determinar si a un estudiante se le ofrece la admisión.
La Corte Federal de Apelaciones del Quinto Circuito, ratifico el fallo de Sparks en 2011.
En 2013, la Suprema Corte de Justicia revisó el fallo y dio instrucciones para que las cortes inferiores aplicaran un “estricto escrutinio” para asegurarse de que solo se aplicará esta política en caso de que “alternativas neutras a la raza no produjeran los beneficios educativos de la diversidad”.
El año pasado, la Corte Federal de Apelaciones del Quinto Circuito volvió a ratificar la política de admisión de la UT al señalar que el impedir a la Universidad el utilizar el factor de la raza lesionaría la diversidad en el campus.
Sin embargo, Fisher, la demandante original, apeló de nuevo a la Suprema Corte en la búsqueda de una segunda opinión, al sostener que la Corte de Apelaciones falló en seguir las instrucciones del máximo tribunal del país.