Las grandes cadenas de supermercados alemanas Aldi y Lidl, junto con otras del mismo rubro en Estados Unidos, han comenzado a ofrecer incentivos económicos para que sus empleados se vacunen contra el COVID-19.
Aldi, que tiene más de 2.000 tiendas en 37 estados de EE. UU., anunció que podría pagar hasta cuatro horas extras del sueldo establecido. Además, afirmó que cubriría los costos asociados a la administración de la vacuna e, incluso, instalaría clínicas de vacunación in situ en sus almacenes y oficinas. Con esta iniciativa, Aldi quiere evitar que los empleados tengan que elegir “entre el salario y la salud”, comentó el director general de Aldi en Estados Unidos, Jason Hart.
Por su parte, Lidl, que tiene su sede en Estados Unidos en Arlington (Virginia) y que se posiciona como una de las principales competencias, ha anunciado esta semana que pagará hasta 200 dólares más a los trabajadores que se vacunen contra el nuevo coronavirus. Al igual que Aldi, el dinero será destinado para cubrir los costos relacionados con la vacunación, como el transporte o el cuidado de los niños.
Según informó Lidl, la disposición a vacunarse es alta: una encuesta interna demostró que ocho de cada diez empleados de las cadena de supermercados en Estados Unidos quieren inocularse. Lidl tiene actualmente unas 125 tiendas en el país norteamericano.
La presión de los supermercados en EE. UU.
Los supermercados alemanes asumen así un papel pionero en Estados Unidos. Hasta ahora, de los minoristas estadounidenses, solo Dollar General y el servicio de entrega Instacart han comunicado que impulsarán incentivos similares para la vacunación.
EE. UU. estableció una estrategia de vacunación en la que los empleados de los supermercados pertenecen al tercer grupo prioritario de la lista, por detrás de los empleados de hospitales y residencias de ancianos, los mayores de 75 años y otras profesiones esenciales.
Debido a esto, Aldi afirmó que estaba trabajando con funcionarios de todo el país para conseguir que sus trabajadores tuvieran acceso prioritario a la vacuna, uniéndose a otras empresas como Amazon y Uber, que presionan para que los empleados se vacunen pronto.
Sin embargo, las poco claras directrices estatales y locales sobre cómo se administrarán las vacunas y a qué trabajadores han hecho que el proceso de vacunación sea confuso para las empresas y los organismos de la industria.
En Estados Unidos, el número de personas que han muerto por coronavirus se ha elevado a más de 400 mil durante la última semana y casi el 8% de la población se ha contagiado. A pesar de algunos contratiempos, 16,5 millones de estadounidenses han recibido su primera dosis, según el Centro de Control de Enfermedades.
(dw.com)