Berlín.- La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, coincidieron hoy en Tokio en que no hay condiciones para el retorno de Rusia al Grupo de los Siete (G-7) debido a la política de expansión territorial de ese país.
El primer ministro japonés calificó el problema generado por Rusia de mover las fronteras con la anexión de la Península de Crimea, que formaba parte del territorio de Ucrania, como un problema global.
Rusia fue excluida del G-7 en el 2014 debido a la anexión de la Península de Crimea.
Merkel agregó que Rusia ha ignorado la integridad territorial de Ucrania con la anexión de Crimea y con el apoyo que brinda a los separatistas del Oriente de Ucrania. Puso énfasis en que Rusia ha puesto en peligro la arquitectura de la seguridad mundial.
Abe valoró la acción emprendida por la canciller federal de Alemania para lograr una nueva ronda de conversaciones sobre el Plan de Paz de Minsk, que culminó el 12 de febrero del año en curso.
Se trató de un esfuerzo para desescalar el conflicto entre Ucrania y los separatistas prorrusos, que tratan de forzar la separación de esa parte del país.
“Valoro su gran esfuerzo”, le dijo Abe y expresó que estaba de acuerdo en que ese conflicto debe resolverse por la vía de la negociación política con Moscú.
El viaje oficial de Merkel a Japón se relaciona con la actual presidencia de Alemania en el Grupo de los Siete Países más Industrializados (G-7). Japón es el país que recibirá este año la presidencia rotatoria de ese grupo.
Ambos jefes de gobierno abordaron el tema porque Alemania será la anfitriona de la Cumbre del G-7 en junio de este año.
El tema de la energía nuclear fue también uno de los puntos centrales que abordó Merkel en Japón. La canciller federal encabeza desde hace años el apagón nuclear en Alemania. Ante catedráticos y estudiantes apoyó ese proyecto de su gobierno.
Declaró que lo que más le había impresionado era que se pensaba que Japón, como uno de los países más avanzados del mundo en el terreno tecnológico, resultó sorprendido por la dimensión de la catástrofe en la Planta Nuclear de Fukushima a principios del 2011.
“Pueden presentarse los riesgos que se creía más improbables”, apuntó y que por eso había decidido, junto con otros socios alemanes, apagar la última planta de energía nuclear en Alemania en el 2022.
En contraste, el primer ministro japonés se propone volver a poner pronto en funciones las primeras centrales nucleares del país, a pesar de que una buena parte de la opinión pública japonesa está en contra.
En entrevista con el influyente diario japonés Asahi Shimbun, la canciller federal pronunció la frase “lo bueno puede volverse aún mejor” al hacer un llamado para que Japón y Alemania amplíen su cooperación tecnológica y económica.
Agregó que no faltan posibilidades de establecer una cooperación aún más estrecha entre la tercera y la cuarta economía del mundo.
Al término de la visita oficial de Merkel, la Emperatriz de Japón, Mischiko, tuvo un gesto muy poco frecuente en ella: despidió a Merkel con un beso en la mejilla.
El G-7 está integrado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Canadá, Francia, Reino Unido y Alemania.