» Se perfila Luis Almagro a elección como nuevo secretario de OEA

Washington.- El excanciller de Uruguay, Luis Almagro, se perfila a convertirse este miércoles en el undécimo secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en sustitución de José Miguel Insulza.

El político y diplomático de 51 años de edad aparece ahora como el único candidato al cargo después de que los aspirantes que conformaron la tercia inicial, el jurista peruano Diego García Sayán y el excanciller y exvicepresidente de Guatemala, Eduardo Stein, se retiraron de la contienda por razones personales.

Aunque su eventual elección es vista por algunos expertos como una ventana de oportunidad para que la OEA repare las maltrechas relaciones con naciones como Venezuela y Ecuador, para otros su presencia en el cargo no pondrá fin a la polarización política que marcó mucho la gestión de 10 años de Insulza.

“La selección del señor Almagro como cabeza de la OEA merece un cercano escrutinio dados sus cercanos nexos con Venezuela a Irán”, dijo Mario López, presidente de la agrupación de corte conservador Hispanic Leadership Fund (Fondo Hispano de Liderazgo) en un artículo de opinión publicado en el diario The Washington Examiner.

López consideró que estos nexos “y su aparente inhabilidad para oponerse a los represivos regímenes de Venezuela e Irán presenta serias dudas sobre su habilidad para dirigir la OEA”, aunque omitió aclarar que la organización no tiene injerencia alguna en las asuntos relaciones con el régimen islámico de Teherán.

Empero Joy Olson, directora de la Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA), dijo que el papel que jugará Almagro como secretario general no será fácil, pues además de tener la habilidad de conversar con todos los países miembros, deberá tener también el respeto de sus gobiernos.

“Creo que esto va a ser clave para el funcionamiento del próximo secretario general”, indicó la experta.

El mes pasado, Almagro presentó aquí ante los embajadores de los 35 países que conforman la OEA el mapa de ruta con que pretende hacer de la OEA un organismo hemisférico más efectivo y relevante ante la crisis de credibilidad que enfrenta.

Ahí enfatizó la apremiante necesidad de una reforma de fondo de la OEA y dijo que su trabajo se apoyara sobre cuatro pilares con visión estratégica: Estado de Derecho, derechos humanos, desarrollo integral y democracia.

En el ámbito de derechos humanos, Almagro ofreció reforzar la Comisión Interamericano de Derechos Humanos (CIDH), y como parte de sus acciones para promover el desarrollo, propuso la creación de un Fondo de Contingencia para Desastres Naturales con especial énfasis para Centroamérica y el Caribe, así como un Fondo de interconectividad para el Caribe.

Expuso además su intención de crear un sistema interamericano de prevención de conflictos sociales para evitar eventuales choques derivados de la instalación de proyectos productivos y extractivos, e insistió en la necesidad de consolidar a la OEA como una organización incluyente.

Este último punto aludió la ausencia del organismo de Cuba, quien pese a haber sido reintegrada como miembro pleno de la OEA durante el Asamblea General de Honduras en el 2009, no ocupado aún su silla en el órgano hemisférico.

Olson consideró que el papel de la OEA va a ser distinto, “no necesariamente más difícil”, aludiendo los variados retos que enfrenta en el hemisferio, con nuevos actores regionales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y la recién creada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

“Para mí no se trata de que la OEA vaya a tener un trabajo difícil para tener relevancia, pero la manera en que funciona y su relaciona tendrá que ser un poco distinta del pasado porque la realidad es distinta”, apuntó.

La gestión de Almagro frente a la diplomacia uruguaya se caracterizó por el activismo en defensa de los derechos humanos y civiles a nivel regional y global, la inserción del Uruguay en mercados no tradicionales, y el afianzamiento de lo que algunos llaman el sello país de esa diminuta nación sudamericana.

Como canciller del presidente José Mujica, Almagro concretó varias iniciativas emblemáticas que fueron desde recibir en territorio uruguayo a varios detenidos de Guantánamo, y refugiados sirios, pasando por el apoyo logrado en la ONU para que a partir de 2016 Uruguay forme parte del Consejo de Seguridad.

Asimismo, promovió la permanencia de Uruguay en Haití a fin de continuar apoyando el proceso de reconstrucción del país tras el devastador huracán de 2010, y fue un activo participante en la consolidación de la Unasur y la Celac.

Fue además embajador de Uruguay en China durante cinco años, e igualmente se desempeñó en las representaciones diplomáticas del Uruguay en Alemania e Irán.

Almagro está casado, tiene siete hijos, y además de español habla inglés y francés y es abogado de profesión, habiendo cursado estudios en la Universidad de la República Oriental del Uruguay.