Washington.- El gobernador de Wisconsin, Scott Walker, se convertirá este lunes en el décimo quinto aspirante presidencial del Partido Republicano al lanzar de manera oficial su campaña política como un fuerte contendiente conservador.
El republicano, de 47 años está posicionado en las encuestas, aun antes de anunciar su candidatura, como un sólido rival de los aspirantes presidenciales punteros dentro de su partido.
Según el análisis de 107 sondeos de HoffPost, Walker se encuentra en sexto lugar con 8.2 por ciento, luego que Donald Trump con sus comentarios sobre los inmigrantes mexicanos logró posicionarse al frente con 15.8 por ciento, desplazando al segundo lugar a Jeb Bush (13.2 por ciento).
Sin embargo, Walker es favorito para ganar la elección primaria en Iowa que según analistas lo colocaría como el principal contendiente conservador para el exgobernador de Florida, ante la expectativa de que Trump no se mantendrá liderando la intención de voto.
Walker llamó la atención nacional y se convirtió en una figura estelar entre los conservadores republicanos tras presionar una ley contra los sindicatos de trabajadores estatales que se aprobó en 2011 a fin de desmantelar la negociación colectiva y la automática deducción de cuotas sindicales.
Las reformas que Walker impuso en su estado, acordes con los postulados económicos conservadores como la reducción fiscal, el recorte de beneficios y pensiones, así como su postura de línea dura en temas sociales incluyendo el aborto o la negación de la evolución, lo hacen favorito del ala derecha.
Tras la adopción de las impopulares medidas en Wisconsin, Walker ganó una votación extraordinaria para su remoción como gobernador en 2012, tema que se espera utilizara en la campaña como candidato “ganador” que va en contra de la línea moderada del partido que representa Jeb Bush.
Sin embargo, Walker enfrenta lo que analistas llaman el “problema de Sara Palin”, en el sentido de que puede inicialmente ser popular entre los votantes, pero perder respaldo al cometer errores que evidencian su falta de conocimiento de los temas domésticos e internacionales.
Su oficina de campaña ha tenido que emitir una disculpa luego que Walker comparara a los miembros de sindicatos con terroristas del Estados Islámico (EI).
En un viaje a Londres para promover el intercambio comercial de su estado, las credenciales del republicano en política exterior fueron criticadas por la prensa británica al declinar comentar sobre Ucrania, la Unión Europea o el papel de Estados Unidos y el Reino Unido en su combate a EI.
Walker será el único candidato sin un título profesional luego de abandonar en 1990 sus estudios en la Universidad Marquette en Wisconsin.
El republicano ganó titulares también al negarse a opinar sobre la posición científica de la evolución y al ser cuestionado sobre una de las polémicas favoritas de los conservadores en las últimas elecciones, dijo que no sabía si el presidente estadunidense Barack Obama era un cristiano que ama a Estados Unidos.
Luego, a través de las redes sociales, el republicano admitiría que su religión sólo le permite creer en la creación divina.
Analistas prevén que sus lazos en tres estados electorales decisivos, como son Colorado, donde nació, Iowa, donde vivió por siete años, y Wisconsin, su estado adoptivo, así como su autodefinición como reformador, le darán un lugar entre los 10 principales contendientes republicanos que participarán en los debates.