Roma.- Cientos de personas protestaron en las últimas horas en varias ciudades italianas contra la apertura de centros que hospedarán a refugiados de diversas nacionalidades.
En la localidad de Quinto, ubicada en la norteña provincia de Treviso, decenas de vecinos salieron a las calles e incendiaron diversos objetos para rechazar la decisión de la prefectura de transferir a 101 refugiados a un edificio con departamentos desocupados.
Las protestas contaron con el apoyo de militantes de la organización de ultraderecha Forza Nova y del gobernador de la región del Veneto, Luca Zaia, de la xenófoba Liga del Norte, que denunció que con la llegada de los refugiados la zona “se está africanizando”.
Los inconformes insultaron a Antonella Tocchetto, consejera municipal en Treviso del centroizquierdista Partido Democrático, que debió ser rescatada por agentes de la policía.
El alcalde de Quinto, Mauro Dal Zilo, anunció este viernes que los inmigrantes no serán hospedados en los apartamentos abandonados, sino en un ex cuartel militar.
Sin embargo, cientos de jóvenes de los llamados centros sociales, y de ultraizquierda, se manifestaron esta mañana frente a las oficinas de la prefectura de Quinto para expresar su solidaridad a los refugiados.
Unos 30 manifestantes fueron detenidos por intentar impedir el ingreso del jefe de la policía, Tommasso Cacciapaglia, y del comandante de los carabineros, Ruggero Capodivetro.
Otras protestas se verificaron este viernes en el barrio Casale San Nicola, al norte de Roma, donde los residentes bloquearon las calles para impedir que 100 refugiados fueran trasladados a un edificio escolar de la zona.
Los vecinos recibieron el apoyo de militantes de la organización neofascista Casapound, según la cual la llegada de refugiados terminaría por convertirse en “una invasión” de extranjeros que comprometería la seguridad de la zona.
Protestas similares se verificaron en las ciudades de Livorno (centro), Piacenza y Crema (norte).