Los Ángeles.- La población de indigentes en el condado de Los Ángeles, California, aumentó 85 por ciento en cuatro años, según reveló un reciente censo de la Autoridad de Servicios a Indigentes (LAHSA).
El área conocida como Skid Row es el símbolo de esta población y representa un dramático contraste, ya que a seis calles de diferencia se ubica el emporio de empresas y negocios con sus majestuosas instalaciones y sus magnates.
De acuerdo con el censo de LAHSA, de los 57 mil 737 indigentes del condado, más de 54 mil viven fuera de Skid Row.
En esta área ya forma parte del paisaje observar indigentes (Homeless, como se les conoce) deambular a toda hora con sus ropas sucias o rotas, miradas perdidas, hablando en solitario y en voz alta y carritos con sus pertenencias.
Otros más colocan sus casas de campaña y otros duermen en las aceras solo encima de cartones y cubiertos con papeles o plásticos.
El concilio de la ciudad de Los Ángeles recién aprobó una serie de medidas que prohiben la instalación de campamentos callejeros.
De aplicarse, lo que aún no ocurre, se les considerará las más serias medidas en varias décadas en contra de lo que para unos es pésimo espectáculo y para otros es reflejo del aumento de pobreza.
Las medidas permiten que autoridades incauten bienes y destruyan refugios improvisados de indigentes.
Entre esta población predominan los enfermos mentales, veteranos de guerra, gente que perdió sus vivienda o que cayó en bancarrota.
Las nuevas medidas permiten a las autoridades tomar la propiedad de personas sin hogar con aviso de 24 horas.
Objetos como sofás y colchones pueden ser confiscados y destruidos sin previo aviso.
Las personas sin hogar podrán dormir en las calles de nueve de la noche a las seis de la mañana, pero deberán remover sus casas de campaña durante el día.
En el pasado las autoridades les han suministrado hasta jeringas estériles para evitar contagios entre drogadictos, además de los servicios gratuitos que dan las llamadas misiones.
El presidente del concilio de Los Ángeles, Herb Wesson, advirtió que la aplicación de las nuevas medidas será a la brevedad.
El número de indigentes en esta región no sólo creció en Skid Row, sino con personas durmiendo en sus vehículos y demás campamentos callejeros en diferentes rumbos.
Sin embargo, en Skid Row solo vive el 6.0 por ciento del total de indigentes en el condado de Los ángeles, según un reciente censo de la Autoridad de Servicios a Indigentes.
La gran mayoría de los indigentes del resto del condado vive a la intemperie, en guaridas o viviendas improvisadas.
Esas guaridas son campamentos que se instalan debajo de los puentes de las autopistas, a la orilla de canales o en cualquier rincón que les acomode para pasar la noche.
Los líderes empresariales apoyan las nuevas medidas “por ser un enfoque equilibrado para la eliminación de carpas antiestéticas que bloquean aceras públicas y plantean problemas de salud y seguridad”.
“Felicitamos a la ciudad por esta acción que responde a creciente crisis de la salud y la seguridad pública”, dijo Raquel K. Barba, directora del distrito de mejora de negocios.
El concejal Gil Cedillo, quien se opone a las medidas, señaló que están penalizando la falta de vivienda sin ayudar a la gente en las calles.
“Debemos tener una guerra contra la pobreza, no en los pobres”, aseveró Cedillo, quien anotó que los refugios en el centro reportan llenos todas las noches.
En las llamadas misiones se ofrecen camas y servicios básicos, además de comidas gratuitas.
Pete White, de la Red de Acción Comunitaria de Los Ángeles (LACAN, por sus siglas en inglés), es uno de los que se opone a las nuevas medidas “porque no se atiende a las causas reales”.
Tan solo la propia oficina del Garcetti ha reconocido que la ciudad necesita sitios para albergar a tres mil 154 veteranos sin hogar antes de fin de año.