Miami.- México y Brasil están a la vanguardia en programas de protección social en el mundo y ahora trabajan para convertirlos en sistemas, destacó hoy el vicepresidente del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar.
“Estos países están en la evolución a sistemas de protección social integrándolos a la agenda productiva”, señaló el economista mexicano.
Familiar dijo que ambos países están pasando de un esquema en el que se da dinero en efectivo a cambio de que los niños vayan a la escuela y al médico, a otro de sistemas más ambicioso, en el que busca acompañar al individuo desde que nace hasta el momento en que se integra a la vida laboral.
Destacó que tanto en el caso de Brasil como en el de México, que pasó del programa social Oportunidades al de Progresa con el actual gobierno “han tenido resultados muy importantes y son eficientes desde el punto de vista de los costos, comparado con otras alternativas”.
“De hecho el día de hoy, países que todavía tienen subsidios generalizados a los hidrocarburos o a servicios como la luz deberían contemplar esquemas como estos de transferencias condicionadas de efectivo”, consideró.
Familiar fue entrevistado en el marco de la X Conferencia Anual sobre América Latina y el Caribe del Centro de Política Hemisférica de la Universidad de Miami, en la que participó con la ponencia: “El Reto del Crecimiento de América Latina y el Caribe”.
Durante su exposición, el economista destacó que la región se encuentra en una encrucijada, en la que tienen que encontrar nuevos caminos para crecer de tal forma que se pueda mantener ese importante progreso social.
Señaló que tras una década de crecimiento sostenido y de progreso social, el día de hoy las condiciones externas que favorecieron ese crecimiento y ese progreso social ya no están, al bajar los precios de las materias primas y del petróleo.
Al respecto, dijo que los retos para crecer son la prudencia macroeconómica y fiscal, aumentar la inversión en infraestructura y hacer inversiones en capital humano, sobre todo en calidad de la educación.
Además de crear condiciones adecuadas para el desarrollo del sector privado y que las condiciones externas (reducción de los precios de las materias primas y de los hidrocarburos) no se vean como algo de corto plazo, sino “que van a estar con nosotros por un tiempo”.
A mediados de este mes, el Banco Mundial pronosticó en un informe un crecimiento de apenas 0.8 por ciento para América Latina en 2015, el cuarto año de desaceleración consecutiva, como reflejo del “cambio permanente” en la coyuntura externa de bajos precios de materias primas y menor demanda global.
De acuerdo con la principal institución de desarrollo global, América Latina se desaceleró más que todas las demás regiones emergentes, al pasar de un 4.0 por ciento de crecimiento medio en 2011 a apenas 1.0 por ciento en 2014 y el 0.8 por ciento estimado para este año.
Si bien la pobreza en Latinoamérica se redujo 16 por ciento en la pasada década, más de 130 millones de personas siguen inmersas en una pobreza crónica con menos de cuatro dólares al día y sin visos inmediatos de mejorar, señaló otro informe del BM este mes.