Las autoridades mexicanas disolvieron este domingo (05.09.2021) la cuarta caravana migrante que arrancó la mañana del sábado desde el municipio de Tapachula, en la frontera con Guatemala, y que tenía como destino el norte del país. Aunque estuvo un poco más organizada que las tres previas, la cuarta caravana duró menos de 24 horas y fue disgregada en el municipio de Huixtla luego de recorrer poco más de 40 kilómetros.
El grupo, unos 400 migrantes principalmente salvadoreños, hondureños y guatemaltecos, además de algunos haitianos, cubanos y venezolanos, se alistaba para partir desde el domo de la localidad de Huixtla cuando agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) los interceptó, a eso de las 5 a.m. La caravana pretendía continuar su caminata y llegar esta jornada al municipio de Villa Comaltitlán, a unos 18 kilómetros de Huixtla.
Con escudos en mano, los agentes cercaron las salidas que usarían los migrantes para seguir su camino. Algunas personas fueron detenidas, mientras que otras lograron correr hacia el interior de la localidad. “Nosotros estamos pidiendo asilo en México, no queremos llegar hasta allá [Estados Unidos]”, dijo a la AFP Alexander, un hombre que viajaba con su esposa y nieto de ocho años huyendo de la violencia en El Salvador.
Huyen de la violencia y la miseria
Aunque no se percibieron agresiones al momento de las detenciones, algunos migrantes que ya habían retomado el camino atacaron con piedras a un grupo de agentes que se encontraron a su paso en uno de los puntos carreteros. En tanto, organizaciones defensoras de migrantes y agencias de la ONU denunciaron que los agentes mexicanos han hecho uso excesivo de la fuerza durante sus operaciones.
Al igual que las otras caravanas, el grupo acusa a las autoridades mexicanas de no entregarles documentos migratorios para permanecer en el país legalmente. La mayoría de los migrantes, que huyen de la violencia y la pobreza en sus países de origen, busca llegar a Estados Unidos para pedir refugio.
(dw.com)