París.- Unos 5.1 millones de sirios, incluidos dos millones de niños, viven en zonas de alto riesgo por la presencia de artefactos explosivos, algunos sin detonar, por lo que suponen una amenaza para sus vidas, informó hoy una organización no gubernamental.
Handicap International advirtió que las armas explosivas están siendo ampliamente utilizadas en zonas densamente pobladas, en violación del derecho internacional, por lo que muchos de los artefactos sin detonar plantean una amenaza inmediata y a largo plazo para la vida de los civiles.
La organización examinó 78 mil incidentes violentos en el marco de la guerra en Siria entre diciembre 2012 y marzo de 2015 y encontró que en más del 80 por ciento de los mismos están involucrados explosivos como cohetes, morteros y bombas, en lugar de armas ligeras.
“Siria heredará el legado mortal de las armas explosivas durante años”, dijo Anne Garella, coordinadora regional de Handicap International, con sede en Lyon, Francia.
Asimismo, la organización detalló que tres cuartas partes de los incidentes ocurrieron en zonas pobladas. “Esto sugiere que los beligerantes no tienen intención de hacer distinción entre civiles y combatientes, lo que es una violación del derecho internacional humanitario”.
El estudio realizado por Handicap International, que ofrece ayuda a las personas con discapacidad y vulnerables en las zonas de conflicto y desastre, reveló que las áreas densamente pobladas de las provincias de Alepo, Deraa, Homs y Damasco son las más afectadas por el conflicto.
Handicap International instó a las partes implicadas en el conflicto a poner fin al uso de armas explosivas en zonas densamente pobladas y facilitar el acceso humanitario a los heridos.
Además, llamó a la comunidad internacional a condenar el uso de armas explosivas en zonas pobladas y hacer cumplir una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exigiendo el acceso humanitario sin restricciones en Siria.
El conflicto sirio comenzó en marzo de 2011 con manifestaciones contra el régimen del presidente Bashar al-Assad, pero luego se convirtió en una compleja guerra civil, que ha causado más de 220 mil muertos y unos 11.5 millones de refugiados y desplazados internos.