La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha dado inicio a un ambicioso proyecto, establecer las primeras casas en la Luna para el año 2040, un complejo que no sólo podrá ser habitado por los astronautas, sino también por personas comunes, esto de acuerdo con lo que han revelado algunos científicos al The New York Times.
Para hacer posible esta hazaña, la NASA planea lanzar una impresora 3D a la superficie del satélite, para poder construir estructuras con concreto lunar que se creará a partir de astillas de rocas, fragmentos minerales y polvo que se encuentran en la superficie de la Luna.
La agencia espacial y ICON, una empresa de tecnología de construcción con sede en Austin, Texas, se asociaron para llevar este sueño a la realidad, la entidad recibió por primera vez financiamiento de la NASA en 2020, y en 2022, cuando anunció una inversión adicional de 60 millones de dólares para un sistema de construcción espacial que puede ser utilizado para imprimir desde plataformas de aterrizaje de cohetes hasta hábitats.
En la producción constructiva de la Tierra, ICON hace uso del material de construcción patentado Lavacrete, que permite la creación de objetos capa por capa a partir de un archivo digital, lo que permite imprimir casi cualquier objeto en 3D.
“Es una evolución natural asombrosa si nos preguntamos cómo la construcción aditiva y la impresión 3D pueden generar un futuro mejor para la humanidad”, ha afirmado de manera contundente Jason Ballard, CEO de ICON a The New York Times.
Un plan más allá de la Luna
El pan actual de la NASA es contar con la primera subdivisión en el espacio para 2040, y si todo sale bien conforme lo planeado, el proyecto podría extenderse a hasta Marte. A pesar de que el proyecto es catalogado como demasiado ambicioso, siete expertos de la agencia han informado al tabloide estadunidense que es factible sólo si la agencia continua con sus metas establecidas.
Actualmente, la NASA está abierta a establecer vínculos con líderes académicos y de la industria con el fin de enriquecer el proyecto, para esto tiene en mente una colaboración estratégica con universidades y empresas privadas.
Para construir en la Luna y que los módulos sean habitables, la agencia tendrá que superar el único obstáculo que es el polvo lunar, que, de acuerdo con los expertos, es increíblemente abrasivo y tóxico cuando se inhala, pero también se ha planteado la posibilidad de usar el polvo para ayudar al despliegue de construcción de las estructuras.
(milenio.com)