Los experimentos a bordo incluyen el estudio de cómo los osos de agua toleran el espacio, si la microgravedad afecta a las relaciones simbióticas y el análisis de la formación de cálculos renales, entre otros.
Como parte de la misión de reabastecimiento de carga de SpaceX, la NASA se prepara para lanzar al espacio unos 5 mil tardígrados, también conocidos como osos de agua, y 128 calamares bebé (Euprymna scolopes) que brillan en la oscuridad a la Estación Espacial Internacional.
Está previsto que SpaceX lance su vigésimo segunda misión a la estación espacial este 3 de junio, a las 13:29 horas EDT, en la que llevará suministros e investigaciones científicas y demostraciones tecnológicas desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida, Estados Unidos.
Los tardígrados sobreviven condiciones extremas
Los tardígrados, conocidos como osos de agua o cerditos de musgo por su aspecto al microscopio y su hábitat habitual en el agua, son criaturas diminutas que toleran entornos más extremos que la mayoría de las formas de vida.
Se han encontrado en todas partes –cumbres de montañas, profundidades marinas, volcanes de lodo, selvas tropicales y la Antártida–, ya que tienen la capacidad de sostenerse bajo presión extrema, temperaturas extremas, privación de aire, radiación, deshidratación e incluso inanición.
Anteriormente, la nave espacial israelí Beresheet llevó miles de tardígrados deshidratados a bordo cuando se estrelló contra la Luna durante un intento fallido de alunizaje el 11 de abril de 2019.
Si alguna forma de vida pudo sobrevivir al choque, tal vez estas criaturas lo harían, sobre todo porque se encontraban en su estado de “tun” deshidratado, del que podrían ser resucitados.
Aprender trucos para proteger a los astronautas
Mediante el estudio de la biología molecular de la supervivencia a corto plazo y multigeneracional de los osos de agua, y la identificación de los genes que intervienen en la adaptación y la supervivencia en entornos de alto estrés, los científicos esperan comprender los factores de estrés que afectan a los humanos en el espacio y desarrollar las contramedidas adecuadas.
“Los vuelos espaciales pueden ser un entorno realmente desafiante para los organismos, incluidos los humanos, que han evolucionado a las condiciones de la Tierra”, dijo Thomas Boothby, profesor adjunto de biología molecular en la Universidad de Wyoming y principal investigador del experimento.
“Una de las cosas que nos interesa mucho es entender cómo sobreviven y se reproducen los tardígrados en estos entornos, y si podemos aprender algo sobre los trucos que utilizan y adaptarlos para proteger a los astronautas”, añadió.
Un experimento separado y paralelo, que también será entregado por la misión de reabastecimiento, traerá a la estación crías de calamar (Euprymna scolopes). Estos calamares de 3 mm de largo tienen un órgano especial que produce luz dentro de su cuerpo, en el que las bacterias bioluminiscentes les dan su brillo.
Relaciones simbióticas en microgravedad
Los investigadores de este experimento esperan investigar esta relación simbiótica entre las bacterias y el calamar para ver cómo los microbios beneficiosos interactúan con el tejido animal en el espacio.
“Los animales, incluidos los humanos, dependemos de nuestros microbios para mantener un sistema digestivo e inmunitario saludable”, dijo en un comunicado Jamie Foster, microbióloga de la Universidad de Florida e investigadora principal del experimento Understanding of Microgravity on Animal-Microbe Interactions (UMAMI).
“No comprendemos del todo cómo los vuelos espaciales alteran estas interacciones beneficiosas. El experimento UMAMI utiliza un calamar de cola blanca que brilla en la oscuridad para abordar estas importantes cuestiones de salud animal”.
Los resultados de este tipo de experimentos podrían ayudar a identificar formas de mejorar la salud humana y el avance en la Tierra y también en el espacio.
(dw.com)