La selección del jurado para el juicio de Derek Chauvin comienza este lunes (8.03.2021). Chauvin, un policía blanco, se arrodilló sobre el cuello de George Floyd a finales de mayo de 2020 hasta que el afroamericano murió: después de 8 minutos y 46 segundos.
Más tarde se supo que ya había al menos 17 denuncias contra Chauvin por comportamiento inadecuado en el servicio antes de mayo de 2020. Hasta el momento, eso no había dañado la carrera del policía: solo desembocó en una advertencia.
Esta impunidad, que le costó la vida a George Floyd, debe llegar a su fin. El acusado Chauvin se enfrenta a hasta 40 años de prisión si es condenado por asesinato en segundo grado. Una sentencia así sería una clara señal de que, incluso en Estados Unidos, los policías no están por encima de la ley. Y una señal así es urgentemente necesaria.
El dolor y la rabia por el hecho de que un policía blanco pudiera decidir tan brutalmente sobre vida y muerte de un ciudadano estadounidense negro en plena calle, y ante testigos, fue palpable en todo el país en el verano y el otoño de 2020.
Una condena simbólica no es suficiente
Esa indignación se hizo sentir, por ejemplo, frente al supermercado de Minneapolis, donde murió Floyd, y donde la gente montó un memorial en su nombre con flores, mensajes y grafitis. En las calles de Washington, donde miles de manifestantes de Black Lives Matter fueron atacados violentamente por agentes de policía y por la Guardia Nacional de Trump. Y en todas las demás metrópolis y pequeñas ciudades donde innumerables estadounidenses se manifestaron contra el racismo y la violencia policial, recordando el movimiento por los derechos civiles de la década de 1960.
No debe ocurrir que, también esta vez, policías como Chauvin salgan impunes o con nada más que una advertencia. El juicio no debe pasar a los libros de historia como un pequeño incidente, sino como un hito.
La Cámara de Representantes presiona
Los políticos en Washington han preparado el terreno. La semana pasada, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que prevé reformas policiales de gran alcance. Las medidas incluyen la prohibición de aplicar llaves estranguladoras, normas contra el perfil racial y la limitación de la inmunidad de los agentes de policía. Todavía es dudoso que el proyecto de ley obtenga la mayoría necesaria en el Senado. Precisamente por eso, el próximo juicio de Chauvin es tan importante. Una condena con la pena máxima enviaría una señal.
Por supuesto, una sentencia contra un solo policía no puede ser más que un paso en el camino hacia una mayor justicia. Pero si Chauvin fuera absuelto o encarcelado por poco tiempo, eso sería una bofetada para toda la gente de Estados Unidos que lleva tanto tiempo esperando que se haga justicia.
El tribunal de Minneapolis, donde se celebra el juicio, es consciente de la gran expectación existente. El edificio ya está protegido con vallas, barricadas y alambre de púas, y el alcalde de la ciudad ha anunciado que 2.000 guardias nacionales están a la espera.
En medio del tenso clima social que se vive en Estados Unidos, el resultado de este histórico juicio debe tener un mensaje claro: la Policía estadounidense no debe seguir empleando la violencia contra las minorías ni aceptar que se sigan habiendo muertes.
(dw.com)