Yakarta.- Los expertos indonesios que examinan la información de las cajas negras de avión de AirAsia, que se desplomó en diciembre pasado en el Pacífico con 162 personas, descartaron hoy que la caída ocurriera por un acto terrorista.
Mardjono Siswosuwarno, el principal investigador del accidente, informó que el análisis hecho a las grabadoras de voz de cabina del vuelo QZ8501 de AirAsia no muestra ningún signo que el terrorismo o que un piloto suicida haya desempeñado un papel en el desastre.
El Airbus A320-200, de la línea AirAsia, desapareció de las pantallas de los radares el 28 de diciembre pasado cuando llevaba menos de la mitad de un vuelo de dos horas entre la ciudad indonesia de Surabaya y Singapur, con 162 personas a bordo.
“Hasta ahora, no hay ningún signo de actividad terrorista”, reiteró Siswosuwarno en conferencia de prensa, tras destacar que los investigadores han escuchado ya la totalidad de la grabación de las cajas negras, aunque sólo han transcrito la mitad de su contenido.
“No oímos ninguna voz de otras personas aparte de los pilotos”, explicó Nurcahyo Utomo, otro investigador del comité de seguridad de transporte de Indonesia, integrado por 10 expertos que tienen la misión de determinar las causas de la desgracia.
Utomo mencionó que en las grabaciones tampoco se escuchan sonidos de disparos o explosiones, por lo que “podemos eliminar la posibilidad de terrorismo”, subrayó el especialista, según un reporte del sitio Chanel News Asia.
La grabadora de voz fue recuperada junto con un grabador de datos de vuelo del avión la semana pasada en el mar de Java, en el lugar del accidente.
Los especialista también rechazaron que el piloto haya hecho caer el avión de manera intencional, ya que la grabación indica que “el piloto estaba atareado con el manejo del avión”, externó Utomo.
Pese a las revelaciones hechas, los especialistas declinaron dar detalles sobre lo que se dijo durante los últimos momentos del vuelo, asegurando que ello va en contra de las leyes en Indonesia.
Hasta ahora, las autoridades indonesias han atribuido al mal clima la caída del avión de pasajeros, aunque la semana pasada surgieron versiones de prensa de que el avión podría haber sido saboteado.
Los minutos finales del vuelo QZ8501 de AirAsia estuvieron llenos de “sonidos de máquinas y sonidos de alertas”, destacaron los investigadores, que prevén entregar esta misma semana un reporte preliminar sobre el desastre.