Toronto.- Las mujeres indígenas en Canadá tienen menos acceso a los servicios de salud y enfrentan más problemas de violencia intrafamiliar, afirmó la indígena canadiense Carol Martin, entrevistada en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
Martin trabaja en el Downtown Eastside Women’s Centre (DEWC), un centro que provee asistencia a las mujeres indígenas.
“Nuestra calidad de vida no es la misma que la de las canadienses no indígenas. Este desequilibrio puede ser visto físicamente, medido y sus efectos están a la vista”, añadió.
“Cotidianamente enfrentamos pobreza, menor acceso a la salud y racismo”, denunció.
Las conmemoraciones por el Día Internacional de la Mujer en Canadá tuvieron este año una demanda común: que se cree una comisión federal investigadora para ir a fondo en el problema de la desaparición de mil 200 mujeres indígenas en los últimos 30 años.
Al hablar sobre el papel de las mujeres dentro de su comunidad, Carol Martin refirió que las mujeres tenían más poder dentro de sus villas.
“Las mujeres cuidaban de los niños y también de las comunidades. Las mujeres tenían mucha autonomía y el pueblo seguía las voces de sus esposas. Eran las mujeres y los ancianos quienes guiaban a nuestros pueblos”, señaló.
Carol se crió junto con su hermana y sus abuelos en una lejana comunidad del norte canadiense llamada Kincolith, al norte de Columbia Británica, rodeada de montañas, lagos y bosques.
“Crecí en medio de valores como cuidar a los demás, dar amor, respeto y honrar a los mayores. Asegurarnos de que todos en la aldea tuvieran alimento, leña y cobijo”, señaló.
“Era una vida increíble donde todos teníamos tareas y nos cuidábamos entre sí, asegurándonos de que había leña para mantenernos calientes durante el largo invierno, pero luego vinieron los colegios residenciales”, recordó.
Estos colegios para educar a los niños indígenas fueron muy criticados porque dentro de esas aulas se registraron mucho tipo de violaciones. Años después el gobierno canadiense tuvo que dar una disculpa pública a las Primeras Naciones.
“Los colegios residenciales fueron una nube negra sobre nuestras vidas. Lo único que nos mantuvo vivos fue la conexión con nuestra madre tierra”, procesó Martin.
Con el paso de los años la influencia de las mujeres en las comunidades indígenas fue decayendo porque “el gobierno impuso un sistema que requería que nuestros hombres fueran electos como “jefes” para dirigir las aldeas”, explicó la indígena canadiense.
“A través de los años las mujeres indígenas hemos perdido estatus y ahora parecemos tener menos valor, no somos una prioridad cuando se trata de casos de violencia, inseguridad y salud”, denunció.
Sin embargo, recalcó que las voces de las mujeres indígenas están siendo más fuertes.
“Estamos adquiriendo más conciencia sobre nuestras luchas y problemas, y esto nos ha empoderado un poco más”, afirmó.
Martin consideró que el gran reto de las indígenas canadienses es hacer que se remueva el estigma o estereotipo de lo que se cree que son. “Que se oiga la voz de nuestras indígenas. Que nos permitan hablar y que no hablen por nosotras”.
“Somos las que estamos motivando a que otras despierten y tomen acción. Somos las guerreras que hemos vivido muchos problemas, pero ahora estamos más fuertes”, manifestó.