Dallas.- La fuga del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán de una prisión de máxima seguridad “tiene poco significado para el crimen organizado en México”, afirmó hoy un análisis de la firma de inteligencia global Stratfor.
“Las fuerzas que impulsan la evolución de la delincuencia organizada y su impacto en la sociedad en México son simplemente más grandes que cualquier jefe criminal único”, apuntó.
Tras su fuga, Guzmán podría tratar de volver a consolidar “el control que una vez tuvo sobre las actividades del crimen organizado en México, pero sus anteriores esfuerzos fracasaron y la tarea sería aún más difícil, ahora que su red se ha vuelto todavía más escuálida”.
De acuerdo con Stratfor, “para cuando Guzmán fue detenido en febrero de 2014, el cártel de Sinaloa ya estaba fragmentado”.
“Los grupos que operaban en áreas tales como Chihuahua, Sonora, Sinaloa y Baja California -áreas que alguna vez fueron parte de la red criminal de El Chapo- ya estaban actuando de manera autónoma y algunos de ellos ya estaban combatiendo entre si”.
“El arresto de Guzmán y la posterior captura de algunos de sus lugartenientes solamente aceleraron esta tendencia”, señaló.
Según Stratfor, los dominios geográficos que fueron controlados por los jefes del crimen con sede en Sinaloa durante décadas están controlados ahora por otros grupos, entre ellos el cártel de Jalisco Nueva Generación, que se expandió desde la región de Tierra Caliente y La Línea, que era parte del cártel de Juárez.
“Desde 2012, el crimen organizado mexicano se ha vuelto cada vez más balcanizado, al tiempo que el gobierno mexicano realiza esfuerzos para modernizar las instituciones de seguridad pública, y los niveles en todo el país de la violencia relacionada con el crimen organizado han disminuido gradualmente”, refirió.
Stratfor señaló que a pesar de que más grupos criminales significa que hay más jefes, “estos líderes no han sido capaces de mantener ofensivas violentas contra sus rivales y defenderse del estado, así como lo hicieron sus predecesores”.
“Y mientras oleadas de violencia extrema aún pueden surgir en lugares como Tamaulipas, por lo general se debilitan tan pronto como las fuerzas de seguridad se mueven”, afirmó.
La firma de inteligencia indicó que entre los mitos que se han creado alrededor de “El Chapo” está el relacionado con su supuesta función de árbitro de la delincuencia organizada en México.
“Según algunos de esos mitos, su organización prefiere expandir sus operaciones comerciales a través de la negociación, en lugar de los conflictos violentos. Pero Guzmán, de hecho, participó en algunas de las guerras territoriales más violentas de México, introduciendo la rampante inseguridad en lugares como Tijuana, Nuevo Laredo y Ciudad Juárez”, recordó.
“Estos conflictos ya habían disminuido en el momento en que fue detenido, pero no antes de que las guerras territoriales en todo el país degeneraran en conflictos más localizados”, manifestó.
Guzmán puede intentar volver a consolidar el control que una vez tuvo sobre las actividades del crimen organizado en México, pero la tarea sería aún más difícil ahora, aseguró el análisis.