Washington.- El vicepresidente estadunidense Joseph Biden buscó hoy limar asperezas con el primer ministro iraquí Haider Al-Abadi, luego que el secretario de Defensa Ashton Carter criticó a las fuerzas iraquíes tras la caída de la ciudad de Ramadi.
Carter dijo la víspera en una entrevista con la cadena televisiva CNN que faltó “voluntad de pelear” a las tropas de Irak contra las milicias del Estado Islámico (EI) que tomaron el control de Ramadi, ubicada a una hora de Bagdad.
Los comentarios de Carter a CNN provocaron el reclamo público de Al-Abadi en una entrevista con la cadena británica BBC, en donde dijo: “estoy seguro que a (Carter) le pasaron información errónea”.
En una conversación telefónica sostenida este lunes, Biden reafirmó el apoyo de Estados Unidos al gobierno de Irak, ofreció más equipo y entrenamiento e hizo un reconocimiento público al valor de las tropas iraquíes.
“El vicepresidente reconoció el enorme sacrificio y valentía de las fuerzas de Irak en los últimos 18 meses en Ramadi y en otros lugares”, señaló un comunicado de la Casa Blanca.
Biden encomió asimismo la decisión del Consejo de Ministros de Irak de movilizar tropas adicionales para preparar operaciones de contraataque a fin de recuperar Ramadi.
“El vicepresidente prometió pleno apoyo de Estados Unidos en este y otros esfuerzos de Irak por liberar territorio en manos del EI, incluyendo la entrega expedita de equipo y entrenamiento estadunidense para encarar la amenaza del uso de autos bomba” por el EI, añadió.
Estados Unidos mantiene cerca de tres mil asesores militares en Irak pero tiene prohibido participar en operaciones armadas.
El presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, John McCain ha criticado duramente la estrategia del presidente Barack Obama para confrontar al EI en Irak y Siria, y ha pedido una reevaluación de la estrategia y un aumento de tropas.
Aunque Estados Unidos ha apoyado a las fuerzas de Irak con bombardeos aéreos, expertos militares coinciden que las acciones de Washington han carecido de efectividad porque no existen militares en el frente de batalla para proporcionar coordenadas precisas sobre los blancos.