La primera ministra italiana y líder ultraderechista Giorgia Meloni recibió este martes la confianza de la Cámara de Diputados tras presentar su programa de gobierno, reiterar su apego a la Unión Europea y a la OTAN y negar cualquier “simpatía” por el fascismo en su discurso de investidura.
Meloni, que el miércoles se someterá al voto de confianza del Senado, obtuvo 235 votos a favor y 154 contrarios y 5 abstenciones, gracias al apoyo de la coalición formada por su partido posfascista, “Hermanos de Italia”; los conservadores de “Forza Italia”, de Silvio Berlusconi y la extrema derecha “Liga” de Matteo Salvini.
“Italia forma parte plenamente de Europa y del mundo occidental”, afirmó con fuerza Meloni con el fin de tranquilizar a sus aliados europeos.
“No vamos a frenar o sabotear a la UE, sino hacerla más eficaz para dar una respuesta a las crisis”, añadió tras subrayar que respetará “las normas en vigor” en materia presupuestaria.
La líder, de 45 años, quien el sábado juró como primera mujer al frente del Ejecutivo italiano, expuso su programa de gobierno y abordó los asuntos internacionales que más preocupan a sus aliados.
En su discurso de más de una hora, con tono seguro, pero también con alusiones personales, negó categóricamente cualquier “simpatía” o “cercanía” con el fascismo, distanciándose de su militancia juvenil en movimientos fundados por los herederos del fascismo.
“Nunca he tenido ninguna simpatía ni cercanía con regímenes antidemocráticos. Por ningún régimen, incluido el fascismo”, insistió.
“Se presentó como líder de un gobierno conservador clásico y no de un régimen con tendencias fascistas”, estimó el economista Lorenzo Codogno al subrayar el tono de respeto hacia las instituciones y las alianzas internacionales.
Ante la Cámara prometió que Italia seguirá siendo “un socio confiable para la OTAN”, que mantendrá “su apoyo a Ucrania y su oposición a la agresión rusa”.
Un punto delicado que suscita fricciones entre sus aliados de la coalición de derechas, en particular con el líder de la Liga Salvini, y con el fundador de Forza Italia, el magnate Silvio Berlusconi, amigo personal del presidente ruso, Vladimir Putin.
Luchar contra la inflación
“Ceder ante el chantaje energético de Putin no resuelve el problema, lo agrava y abre el camino a más exigencias y chantajes, con futuras alzas de la energía”, estimó Meloni al referirse a la disparada de precios de la energía y el gas.
Meloni asume las riendas del gobierno en momentos en que la tercera economía de la zona euro está confrontada al riesgo de recesión, con una fuerte inflación.
La dirigente afirmó que desea “reforzar las medidas de apoyo a hogares y empresas”, aunque esto suponga “agotar gran parte de los recursos disponibles”.
“Esos asuntos se deben enfrentar en forma pragmática, no ideológica”, adelantó.
La sucesora de Mario Draghi, a quien rindió homenaje, deberá obtener la confianza del Senado sin problemas ya que su coalición cuenta con una amplia mayoría también en esa cámara.
Meloni, al frente del gobierno más derechista de la historia de Italia desde la Segunda Guerra Mundial, prometió que no desviará “ni un centímetro” de los valores democráticos y que luchará “contra cualquier forma de racismo, antisemitismo, violencia política y discriminación”.
Citó también a mujeres que han marcado la historia de Italia, desde la periodista Oriana Fallaci, hasta la antifascista Tina Anselmi y la comunista Nilde Iotti.
Son las mujeres que “construyeron la escalera que hoy me permite subir y romper el pesado techo de cristal”, afirmó.
(milenio.com)