La mañana del jueves 10 de junio del 2021, Emma Coronel dijo tres veces “culpable”, cuando el juez Rudolph Contreras le describió los cargos en su contra en la audiencia de declaración de culpabilidad. Y será ese mismo juez el que emita su sentencia el próximo 15 de septiembre.
También un mes de septiembre, pero del 2017, al caso de Lucero Guadalupe Sánchez López, también conocida como la “Chapodiputada”, le fue asignado al juez Contreras quien desde entonces lleva ese dictamen donde se incluye un cargo por conspirar para introducir cocaína desde México a los Estados Unidos.
Viviendo vidas paralelas, a Emma y Lucero las une la misma edad y la relación sentimental que mantuvieron con Joaquín Guzmán Loera, la primera incluso se casó con él y juntos procrearon unas gemelas. Mientras que Sánchez tuvo con el capo una relación extramarital cuyos detalles conocimos en el Juicio del Siglo, donde ella acudió en calidad de testigo protegido.
Ambas crecieron en pueblos ubicados sobre la Sierra Madre Occidental en la zona conocida como El Triángulo Dorado, Coronel en La Angostura (Durango) donde en 2007 fue “Reina del Café” y de “la Guayaba”, y Lucero en Cosala (Sinaloa), sitio donde la eligieron como Diputada local en el 2013. En esa zona se cultiva copiosamente marihuana y amapola y uno de los capos que controlaba y vivía en la región era el célebre Chapo Guzmán.
Emma conoció al narcotraficante en 2007 y la ex diputada a finales del 2010 “cuando la esposa de él (Coronel) estaba embarazada” aceptó Sánchez en el juicio del Chapo. Entre 2011 y 2015, ambas tuvieron una relación simultánea con el narcotraficante y en varias fechas sus destinos se rozaron.
La primera de ellas fue en febrero del 2014 cuando un comando formado por miembros de la Marina mexicana y elementos embozados de la DEA, llegaron a una casa de seguridad en Culiacán donde El Chapo se escondía con algunos gatilleros y con Lucero Guadalupe Sánchez. Aunque ella se alcanzó a vestir, Guzmán Lorea, aun desnudo —según relató Lucero—, inició la fuga por uno de los túneles instalados en la bañera de dicho inmueble.
“Caminamos por sitios muy oscuros, llenos de lodo, estaba muy asustada” confió la exdiputada. Horas después El Chapo llegaría a un hotel en Mazatlán donde ya lo esperaban Emma y sus gemelas. Días después, en esa habitación fue finalmente capturado por sus perseguidores.
Ya estando preso Guzmán Loera en el Penal de Máxima Seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez (Estado de México), hasta allá llegaban a visitarlo ambas mujeres.
En la declaración jurada que dio forma a la acusación contra Emma, el agente del FBI, Eric McGuire, dijo que Emma Coronel acudía a esa prisión para orquestar la fuga de su marido la cual finalmente se concretó en julio del 2015. Lucero también visitó al Chapo en Almoloya pero lo hizo con una identificación falsa lo cual, al ser descubierto, devino en un escándalo que apuró su desafuero y la renuncia a su diputación.
Finalmente, la Fiscalía General de la República (FGR) abrió una investigación contra Sánchez López, quien comenzó a ser reconocida como la “Chapodiputada”, lo cual la llevó a tomar la decisión de huir a los Estados Unidos sin saber que, desde enero del 2016, tenía una orden de arresto derivada de un dictamen que un gran jurado aprobó en el Distrito de Columbia (Washington), en la capital estadunidense.
Un año y ocho meses después cayó en las manos del juez Contreras y tras de declarar en el juicio de quien fue su tormento, su caso ha entrado en el sospechoso letargo de los documentos sellados, y sin que se conozca siquiera su sentencia. Incluso, al no aparecer ya bajo custodia de la Oficina Federal de Prisiones (FBP), se sospecha que hasta ya pudo ser liberada.
Por su parte, tras la tercera captura del Chapo Guzmán en enero del 2016, Emma, Coronel ha pretendido rehacer su vida bajo la pesada sombra de la mala fama de su marido, periodo durante el cual ha intentado ser influencer, comerciante de la marcha registrada El Chapo y viviendo, como dice su dictamen, de “las utilidades que le deja el explotar algunas propiedades” del exlíder del Cártel de Sinaloa.
La gran diferencia entre Lucero y Emma, es que mientras la primera ya despierta poco a poco de la pesadilla, Coronel apenas inicia el largo camino de un viacrucis que no se sabe cuándo culminará.
(milenio.com)