Caracas.– Antes de que se convirtiera en un importante país petrolero hace un siglo, Venezuela dependía principalmente de la producción de café y cacao.
El crudo sigue siendo el principal sostén de la economía nacional, con dinámicos campos de extracción y refinación, pero en zonas de la costa norte se conserva una tradicional producción de cacao, que combina métodos artesanales e industriales para procesar la materia prima del tentador chocolate.
La localidad de Río Chico de Barlovento, en el central Estado de Miranda, resume la historia colonial de producción de cacao, con pequeñas unidades que la cosechan y procesan artesanalmente, y que además viven bajo la bendición de una virgen patrona de la cosecha.
La zona de Barlovento recibió olas de esclavos africanos que llegaron al país como mano de obra, dando origen a la tradición de la cosecha del cacao, antiguo objeto de intercambio en la colonia.
Hoy es común encontrar unidades que producen y refinan el producto que luego se encontrará en infinitas formas de chocolate.
Rio Chico fue una población de gran importancia en la época colonial, gracias a la producción de este fruto tropical cultivado por los mayas hace más de dos mil 500 años, que con el paso del tiempo y cambios de la humanidad se ha ido transformando para dar origen al popular chocolate y sus derivados.
Los aztecas lo llamaban “cacahuat” o “xocolatl” del cual obtenían una bebida reconstituyente natural y afrodisiaca, que le da valor al chocolate, cristalizándose el cacao como uno de los frutos más preciados en la región, objeto de trueque en la época colonial.
Europa fue el principal mercado de exportación en la época y este éxito estimuló el aumento de las plantaciones del fruto, apoyándose en la mano de obra africana para el cultivo, lo que convirtió a Barlovento en una región afrodescendiente.
Luego, los africanos trajeron a la región el cacao llamado “legón”, que hasta ahora prevalece en las haciendas y es considerado el de mejor sabor y el más rendidor por la calidad de sus granos.
Muchas familias de la zona obtienen sus ingresos de su cultivo y han sacado adelante a sus familias con las plantaciones.
En la zona existen numerosas unidades procesadoras y trabajadores que de manera particular se dedican a la transformación del fruto y la elaboración artesanal del chocolate, donde le dan una forma más tentadora tanto a la vista como al paladar.
En algunas poblaciones de hacendados, cuya tarea principal es el cultivo y cosecha del cacao, se pudo contactar a productores que lamentaron la reciente sequía en la región y que las mayores cosechas se dan entre los meses de diciembre y marzo.
Aún en esos meses, prevalecen los frutos en el árbol en espera de ser cosechados o en su defecto varias familias los conservan en sus patios encalando los granos de cacao para el secado al aire libre, como parte del proceso antes de la transformación y comercialización del producto.
Numerosas familias han sacado adelante a sus hijos gracias al ingreso obtenido por el cultivo, producción y comercialización del fruto. Es por ello que los jóvenes pobladores están familiarizados con las técnicas de cultivo y el procesamiento del fruto.
En un recorrido por las plantaciones un joven de 20 años mostró su destreza y experiencia, al momento de explicar el cultivo.
Habló sobre la especie del bucare, denominado científicamente Erythrina poeppigiana o bucare, árbol emblemático del estado Mérida, el principal compañero del cacao. Éste actúa como protector de la planta, proporcionándole sombra.
Otros acompañantes de las plantas de cacao, que le dan abrigo, son el plátano y la papaya.
Por otro lado, con el paso del tiempo, el fruto ha adquirido un valor apreciable en la región, lo que ha generado problemas de inseguridad por el atractivo que ofrece a los delincuentes y amenazas para los productores.
Los pobladores explicaron que actualmente el ingreso que se obtiene de la venta de 20 kilos del fruto alcanza para alimentar a una familia por lo menos 15 días o más dependiendo del número de sus integrantes.
Por ello, algunas familias han sido víctimas del hampa, despojadas de sus productos, en ocasiones con intentos de secuestro. Esto ha provocado que algunos hayan salido de sus tierras en busca de mayor seguridad.
En un esfuerzo por acelerar y aumentar la producción de chocolate se han instalado plantas procesadoras de cacao en lugares de reconocida trayectoria. Familias que se dedicaron de generación en generación a trabajar el cacao de manera muy artesanal, ahora ven facilitado su trabajo con la instalación de pequeñas procesadoras.
Pese a todo, algunos consideran estimulante el trabajo manual, pues les resulta un tanto más relajante y placentero cuando aplican sus recetas tradicionales, según comentaron.
En el recorrido por las instalaciones de las pequeñas plantas revelaron el misterio del funcionamiento de sus unidades, muchas de las cuales tienen una producción mixta, ya que parte del proceso es artesanal y otra industrial.
Afirman que como parte de una tradición, el aspecto artesanal constituye un delicioso elixir para la alquimia y transformación de este tentador fruto.
La tradición no podría estar completa sin el elemento religioso. La zona cuenta con su virgen patrona de la cosecha de cacao o “Virgen del Cacao”, Nuestra Señora de las Mercedes.
El Papa Pío XII la proclamó el 12 de febrero de 1954 “Reina y patrona de Barlovento y Rio Chico”, cuyos devotos le rinden culto durante el mes de septiembre con llamada “fogata del cacao”, en agradecimiento por haber salvado la siembras de 1638, cuando este fruto era la principal actividad económica del país.
La imagen de ocho metros de altura y 1.5 metros adicionales con la corona se encuentra al final de la avenida principal de Río Chico. Además de ser una figura emblemática en la entrada del pueblo, da una fervorosa bienvenida a sus visitantes.