Nueva York.- Las posiciones del aspirante presidencial Donald Trump en torno a la migración en Estados Unidos han dividido al Partido Republicano, cuyos líderes se debaten entre darles crédito, minimizarlas o calificarlas como una amenaza para su futuro electoral.
El senador de Carolina del Sur y probable candidato presidencial, Lindsey Graham, expresó que las declaraciones de Trump en torno a los migrantes, a quienes ha calificado de criminales y violadores, deben ser rechazadas porque pueden hacer perder a los republicanos las elecciones de 2016.
“Tenemos que rechazar a este demagogo. Si no lo hacemos perderemos (las elecciones presidenciales) y mereceremos esa derrota”, manifestó Graham en una entrevista transmitida este domingo por la cadena de televisión CNN.
El senador indicó que en las elecciones presidenciales de 2012, el Partido Republicano fue derrotado por el demócrata Barack Obama en buena medida por haber sido incapaz de atraer el voto de los latinos en Estados Unidos.
“Me preocupa mucho hacia dónde nos dirigimos como partido. No creo que esta sea la manera de conseguir el voto latino”, apuntó Graham. Añadió que si el partido no rechaza las ideas de Trump sobre migración, “perderemos la autoridad moral para gobernar esta gran nación”.
El senador resaltó que tras haber trabajado durante más una década en temas relacionados a la migración indocumentada en Estados Unidos, había llegado a la conclusión de que la mayoría de estas personas son “decentes” y “muy trabajadoras”.
“Creo que (Trump) es una bola de demolición para el futuro del Partido Republicano con la comunidad hispana y necesitamos reaccionar”, opinó Graham.
Las comentarios de Trump en referencia a la migración indocumentada, en específico a la proveniente de México, han generado reacciones diversas entre los miembros del Partido Republicano desde que el magnate de los bienes raíces presentó su campaña el 16 de junio pasado.
El senador de Texas, Ted Cruz, señaló su apoyo a la visión general de Trump, en tanto que el exgobernador de Florida, Jeb Bush, así como el senador por ese mismo estado, Marco Rubio, han comunicado su condena.
Por su parte, el director del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, pidió durante la semana a Trump que redujera el tono de sus declaraciones, de acuerdo con informes de prensa.
El domingo, mientras tanto, la aspirante presidencial republicana, la ex directora general del fabricante de equipo de cómputo Hewlett-Packard, Carly Fiorina, explicó que las declaraciones de Trump “canalizan un enojo que escucho todos los días”.
“La gente está enojada acerca de algo de sentido común como la seguridad de la frontera. No es extremo. Necesitamos aumentar la seguridad de la frontera”, opinó Fiorina en una entrevista transmitida por el canal ABC.
Otros líderes republicanos han mostrado escasa voluntad de condenar abiertamente a Trump, o de darle legitimidad a sus declaraciones.
El senador de Kentucky, Mitch McConnell, sostuvo el domingo que Trump es uno de los varios aspirantes presidenciales con los que contaba el partido, y que al final este instituto “tendrá un candidato que pueda ganar”.
Mientras tanto, el líder de los asambleístas republicanos, John Boehner, asentó en una entrevista en el canal CBS que las declaraciones de Trump no dañan al partido, porque los republicanos cuentan con “candidatos con posiciones mucho más razonables, en mi opinión”.