Miami.- La precandidata presidencial por el Partido Demócrata, Hillary Clinton, pidió hoy aquí poner fin al embargo comercial de Estados Unidos contra Cuba, en un claro contraste con sus rivales republicanos sobre un tema importante que divide a Florida.
“El embargo a Cuba se tiene que terminar de una vez por todas”, afirmó Clinton en su discurso de campaña ofrecido en la Universidad Internacional de Florida (FIU), mientras que en el exterior un grupo de manifestantes anticastristas protestó por su postura.
Clinton señaló que el fin del embargo “no es un regalo para los Castro”, al referirse al exgobernante Fidel Castro y a su hermano Raúl Castro, el actual presidente cubano, sino que “es una amenaza” para ellos, porque es una avance “hacia la libertad donde más se necesita”.
La política demócrata apeló así a los votantes de Florida, donde reside el mayor número de exiliados cubanos, y a los electores de otras entidades que han perdido la paciencia con una política de embargo que no ha logrado transformar el gobierno cubano, tras más de 50 años.
El discurso también reflejó un cambio de punto de vista de Clinton, quien en 2008 adoptó una posición más de línea dura que el presidente estadunidense Barack Obama, su rival demócrata en el momento.
“He sido escéptica también”, reconoció Clinton. “Pero como secretaria de Estado se hizo evidente para mí que nuestra política de aislar a Cuba estaba fortaleciendo a los Castro en lugar de debilitarlos”, añadió.
“Los Castro fueron capaces de culpar al embargo de todos los problemas de la isla que distraen de los fracasos del régimen y que retrasan el día de ajuste de cuentas con el pueblo cubano”, subrayó.
Clinton argumentó que el cese del embargo económico sería una bendición para el pueblo cubano y para los estadunidenses, en especial para los cubanoamericanos.
Algunos negocios de Florida, incluyendo las principales líneas de cruceros, están listos para aprovechar las oportunidades una vez que el Congreso se comprometa a eliminar las restricciones sobre el comercio y los viajes a Cuba.
Cientos de miles de estadunidenses ya están viajando a Cuba bajo las nuevas regulaciones del gobierno de Obama, que permiten a los cubanoamericanos visitas familiares ilimitadas y a otros a viajar por razones educativas, religiosas o culturales.
La posición de Clinton la pone en conflicto con la mayoría de los precandidatos presidenciales republicanos, en especial con el exgobernador de Florida, Jeb Bush, y el senador por Florida, Marco Rubio.
Bush dijo en diciembre pasado, durante una visita a Miami, que consideraría “endurecer más el embargo” para presionar al régimen de Cuba.
Mientras que Rubio en un comunicado indicó que Obama y Clinton “deben aprender que en el apaciguamiento solo se envalentona dictadores y gobiernos represivos”.
Una encuesta a nivel nacional realizada por el Centro de Investigación Pew en julio, encontró que 72 por ciento de los estadunidenses quiere poner fin al embargo comercial contra Cuba.
El apoyo al embargo también se ha erosionado en Florida, incluso entre los cubanoamericanos que en décadas pasadas favorecían las sanciones económicas como una manera de presionar al régimen de Castro.
Una encuesta de la FIU del año pasado en el condado de Miami-Dade reveló que 52 por ciento de los consultados estaba dispuesto a poner fin al embargo, pero muchos votantes, en especial los exiliados cubanos mayores quieren retenerlo mientras Cuba esté gobernada por los Castro.