Buenos Aires.- Antonio Stiuso, quien fuera el espía más importante de Argentina durante los últimos años, faltó hoy a una cita con la justicia y su abogado reconoció que está fuera del país y que no sabe dónde localizarlo.
“Stiuso está en el exterior, no sé cuándo va a regresar a Argentina y no tengo cómo ubicarlo”, reveló Santiago Blanco Bermúdez, abogado del exdirector de Operación de la desaparecida Secretaría de Inteligencia (SIDE).
El exfuncionario, cuya identidad debía permanecer secreta, se convirtió en una pieza clave en un año en el que la política argentina se convulsionó con la muerte de Alberto Nisman, el fiscal que acusó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de pactar con Irán.
Stiuso era el principal informante de Nisman, quien durante una década fue el fiscal que investigó exclusivamente el ataque terrorista sufrido en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) ocurrido en 1994 y que mató a 85 personas.
El pasado 14 de enero, Nisman sorprendió al asegurar que la presidenta y el canciller Héctor Timerman habían fraguado un plan para ofrecer impunidad a los iraníes implicados en el atentado a cambio de relanzar relaciones comerciales con la república islámica.
Apenas cuatro días después de presentar su denuncia, Nisman fue encontrado muerto en su departamento de un tiro en la cabeza, en un caso que hasta ahora la justicia todavía no ha podido definir si fue suicidio o asesinato.
Stiuso se convirtió en personaje central, ya que el gobierno aseguró que él le había filtrado información falsa a Nisman para que acusara a la presidenta en un caso que, finalmente, fue desestimado por la justicia por falta de pruebas.
La presidenta y otros funcionarios sugirieron que la acusación había sido una venganza por parte de Stiuso, quien fue obligado a jubilarse en enero pasado en medio de una reforma de los servicios de inteligencia.
Así, se supo que Stiuso era uno de los personajes más temidos de la política Argentina, ya que operaba como agente de espionaje desde los años 70 y contaba con información clasificada que podía utilizar en contra de gobernadores, legisladores o funcionarios.
En 2004, el exministro de Defensa, Gustavo Béliz, mostró el rostro del espía en un programa de televisión y lo responsabilizó de la corrupción y maniobras ilegales que imperaban en la SIDE, en donde ostentaba el cargo de director de Contrainteligencia.
Después del escándalo inicial, el nombre de Stiuso volvió a quedar en las sombras hasta enero de este año, con la denuncia y posterior muerte de Nisman.
El exespía debía presentarse este lunes a la justicia para explicar las “conductas dilatorias e irregulares” que le adjudica el gobierno en torno a la investigación de la AMIA, pero su abogado aseguró que su defendido no había sido notificado legalmente.