Nueva York.- Human Rights Watch (HRW) denunció hoy irregularidades en el juicio contra el expresidente egipcio, Mohamed Mursi, condenado la semana pasada a 20 años de prisión por su responsabilidad en una represión contra manifestantes en 2012.
En una declaración, la organización defensora de los derechos humanos informó que realizó una revisión al expediente de la Fiscalía sobre el caso del exmandatario de Egipto, en el que detectó varias violaciones del proceso, entre ellas la ausencia de pruebas concluyentes.
HRW indicó que la revisión encontró poca evidencia del caso, ajenas al testimonio de militares y policías para apoyar convicción de la complicidad de Mursi en la detención ilegal, tortura e intimidación de manifestantes en 2012, cuando era presidente.
El pasado martes 21 de abril, un tribunal egipcio condenó a 20 años de prisión a Mursi y otros 12 miembros de la proscripta Hermandad Musulmana por la violencia, secuestro, tortura y la muerte de manifestantes en una protesta en diciembre de 2012.
“La acusación fue fundada sobre la conjetura de que Mursi era responsable simplemente debido a su relación con la Hermandad Musulmana”, expresó Sarah Leah Whitson, directora de HRW para Medio Oriente y África del Norte.
En su reporte “Egipto: Un juicio muy deficiente”, HRW demostró que las acusaciones contra Mursi se basaron principalmente en el testimonio del mayor general Mohamed Zaki, el comandante de la Guardia Republicana, una división del Ejército, encargada de proteger a la Presidencia egipcia.
Zaki declaró que debió haber un acuerdo entre Mursi y la Hermandad Musulmana para dispersar a los manifestantes contra el gobierno por la fuerza, pero no proporcionó pruebas para apoyar su hipótesis, destacó el reporte de 80 páginas de HRW.
La organización defensora de los derechos humanos anotó que después del derrocamiento de Mursi el 3 de julio de 2013, los militares lo mantuvieron en régimen de incomunicación, sin cargos ni proceso judicial durante 23 días.
Su encarcelamiento comenzó oficialmente sólo el 26 de julio, cuando las autoridades anunciaron una investigación contra él, pero no transfieren a Mursi a la prisión de Borg al Arab, de Alejandría, hasta el 4 de noviembre de 2013, para su primera aparición en la corte, recordó.
Human Rights Watch mencionó que bajo la ley egipcia, los fiscales deben ver e interrogar a un detenido durante las 24 horas posteriores al arresto y decidir si ordena que la persona detenida quede pendiente de una investigación mayor.
El abogado Mohamed al-Damaty, portavoz del equipo de la defensa del exmandatario, dijo que pudieron visitar a Mursi solamente una vez, en noviembre de 2013 y que las reuniones con los coacusados del expresidente eran irregulares.
HRW dijo que los abogados de la defensa le plantearon su preocupación por el acceso limitado a su clientes a la corte, pero que el Tribunal los ignoró y les dijo que Mursi nunca designó un abogado para defenderse, ya que se negó a reconocer la legitimidad de la corte.
Otro abogado de la defensa reveló a Human Rights Watch que el equipo de defensa no llamó a ningún testigo –que podría haber incluido a otros miembros de la presidencia o guardia republicana– por temor a que fueran arrestados o dañados.
El abogado, que pidió no ser nombrado, dijo también que la barrera de cristal insonorizado erigida alrededor de la jaula de los acusados durante el juicio violó sus derechos procesales porque impidió que los abogados pudieran hablar con su cliente.
“Los fiscales no lograron investigar a nadie sobre la muerte o heridas a ningún partidario de Mursi durante los enfrentamientos de diciembre de 2012. De las diez personas muertas ese día, sólo tres fueron incluidos en el archivo de los fiscales, creando un aspecto de que el caso estaba motivado políticamente contra la hermandad”, destacó.