Buenos Aires.- Sobrevivientes y familiares de las víctimas conmemoraron hoy aquí el 23 aniversario del primer ataque terrorista que sufrió Argentina cuando un coche bomba se estrelló en la sede de la embajada de Israel en Buenos Aires.
La Plaza de la Memoria en la que fue reconvertida la esquina en donde se encontraba la sede diplomática fue el escenario en el que se recordó una tragedia que mató a 22 personas y dejó heridas a más de 300.
Rostros tristes y lágrimas fueron el denominador común de los presentes, que lamentaron que pese al tiempo transcurrido, no hay un solo detenido y el crimen permanece impune.
La tarde del 17 de marzo de 1992, a las 14:45 horas locales, un estallido quebró la tranquilidad del elegante barrio en el que estaba ubicada la embajada de Israel en Argentina, el país latinoamericano con la mayor población judía.
Por ser territorio extranjero, la causa recayó directamente en la Corte Suprema de Justicia, que concluyó que el atentado había sido cometido por el grupo extremista iraní Hezbolá, aunque sigue abierta, pero estancada, la investigación sobre los autores materiales.
El acto sólo estuvo protagonizado por los sobrevivientes y familiares de las víctimas, porque las autoridades diplomáticas de Israel decidieron postergar la ceremonia oficial para el próximo jueves debido a las elecciones que este martes se celebran en ese país.
“El terrorismo nos mata un poco a todos. 23 años de la llegada del terrorismo a la Argentina”, fue el lema de la conmemoración que quedó plasmado en un enorme cartel colgado en la pared de la Plaza de la Memoria y que invitó a difundir el hashtag #TerrorisNo en las redes sociales.
Unos cuantos arreglos florales fueron depositados en memoria de las víctimas del atentado, y sólo se le dio la palabra a Jorge Cohen, uno de los sobrevivientes que no pudo evitar el llanto al recordar un día tan trágico para Argentina.
“Tengo más preguntas que respuestas, ¿qué palabra alude a lo que nos sucedió el 17 de marzo?, me hago la pregunta. Impunidad es la primera palabra que se me ocurre, pero no es la única, también aparece la palabra dolor, porque el dolor fue y es”, explicó.
La conmemoración se realizó en medio del renovado debate que se vive en Argentina ante la falta de avances en las investigaciones de los ataques a la embajada y a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), cometido dos años más tarde, el 18 de julio de 1994, y que mató a 85 personas.
En ninguno de los dos casos hay detenidos y los juicios están paralizados, después de décadas en las que se han descubierto manipulaciones de pruebas y maniobras de encubrimiento que lo único que han garantizado es una dolorosa impunidad.