Ginebra.- El secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, se mostró esperanzado en que las pláticas de paz en Yemen tengan un resultado positivo ya que calificó la situación como “una bomba de tiempo” y pidió una tregua de dos semanas.
El caso en Yemen no es un reloj que avanza, “es una bomba de tiempo”, advirtió Ban al inaugurar las pláticas de paz sobre Yemen en la sede de la ONU en Ginebra.
Asimismo, Ban pidió una pausa humanitaria de dos semanas justo para coincidir con el inicio del Ramadán, dado el deterioro de la situación en el país en el que 80 por ciento de la población necesita asistencia básica para subsistir.
El titular de la ONU señaló que sostuvo un encuentro con la delegación del gobierno legítimo de ese país.
Sin embargo, debido a otros compromisos y al retraso del avión en el que viaja la delegación de los grupos rebeldes, Ban no pudo reunirse con los representantes de los huríes, quienes llegarán a la ciudad en el transcurso de este lunes.
En los próximos días se llevarán a cabo las negociaciones para tratar de encontrar una salida pacífica al conflicto pero las partes no estarán en la misma sala frente a frente.
Los adversarios estarán en salas separadas y las conversaciones serán moderadas por el enviado especial de la ONU para Yemen , Ismail Ould Cheikh Ahmed.
Las partes podrían dividirse en dos grupos, el primero constituido por los partidarios del presidente del país, Abdo Rabu Mansur Hadi, actualmente refugiado en Arabia Saudita, y sus principales adversarios.
En tanto, el segundo estará formado por los miembros del movimiento chií Ansar Alá, conocidos como hutíes, y sus aliados.
En agosto del año pasado el movimiento chií Ansar Alá organizó en varias regiones de Yemen protestas masivas debido a la decisión del gobierno de reducir los subsidios sobre los hidrocarburos y el consecuente incremento de los precios del combustible.
Posteriormente, los hutíes iniciaron una avanzada militar en una serie de regiones el país, al parecer con el apoyo de Irán y ocuparon la capital de Yemen, Saná, prácticamente sin recibir resistencia, lo que provocó la salida del presidente a Arabia Saudita.
Ban, subrayó que tanto la ONU, las partes implicadas y la comunidad internacional tienen obligación de actuar y responder ante esta crisis en la que al menos han perdido la vida dos mil personas, la mayoría civiles.