Londres.- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, confió en que Estados Unidos abrirá la sede diplomática en La Habana, Cuba, a más tardar en abril, cuando se realice la VII Cumbre de las Américas en Panamá.
“Es posible que haya una embajada (de Estados Unidos) abierta en Cuba cuando se realice la Cumbre de las Américas el día 11 de abril (…). Probablemente no haya embajador, pero embajada abierta sí”, externó.
Insulza reconoció que si bien fue sorpresivo el anuncio en diciembre del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos no se esperan más sorpresas.
“Nosotros fuimos enterados y le agradecemos al gobierno de Estados Unidos que nos haya avisados tres horas antes. Sabíamos que iba a haber anuncios sobre (la liberación) de los presos” y otros temas.
Para Insulza, quien fue ministro del Interior de Chile, “lo importante fue la declaración general de política porque lo que cambió el marco de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos fue el conjunto de los anuncios que se hicieron”.
Una misión estadunidense encabezada por la diplomática Roberta Jacobson viajará a La Habana la próxima semana para abordar el tema de migración como un paso más hacia la normalización de las relaciones diplomáticas.
El secretario general negó que la OEA haya quedado rebasada en el tema de La Habana-Washington. “En 2009 planteamos con mucha fuerza la idea de revisar el tema de Cuba dentro de la OEA. No se hablaba de Cuba en esos momentos (…) Era absurdo que todos los países de América Latina y el Caribe tuviera relaciones con Cuba menos Estados Unidos”.
Consideró que el primer cambio que se produjo fue el levantamiento de las sanciones a Cuba por parte de la OEA en 2009. “Fue un cambio muy significativo”, aseguró Insulza.
Comentó que el de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos es un tema bilateral y “nosotros hicimos la parte que nos tocaba hace cinco años y estamos muy satisfechos de ello”.
Insulza, quien concluye su gestión de diez años al frente del organismo internacional, afirmó: “Cuando yo llegué no se hablaba de la OEA, había bastantes problemas, los países estaban divididos entre sí, salíamos de un período con muchos términos anticipados de gobierno” -aunque aclaró que no eran golpes de Estado- sino presidentes destituidos o que renunciaban.
Al hacer un balance de su gestión, el funcionario consideró: “Estamos en un período democrático excepcional en la región, con gobiernos elegidos democráticamente, con gran estabilidad”.
Recordó que desde que asumió el cargo en 2005 sólo dos gobiernos han terminado sus mandatos prematuramente y “sólo uno de ellos, el de Honduras fue calificado como golpe de Estado”.
Entrevistado en la sede de la Academia de Diplomacia de Londres, Insulza reconoció que “le falta mucho todavía a América Latina para avanzar en materia de gobernabilidad, equilibrio de poderes, “accountability” que es rendir cuentas y ser responsable ante otros”.
Los otros desafíos de la región son atacar la corrupción, “que es un problema endémico”, abordar el tema de la desigualdad social y la justicia.