Santiago.- El incremento de las clases medias latinoamericanas abre oportunidades de inversión para las empresas europeas, aseguró un estudio divulgado hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“La magnitud del aumento de las clases medias latinoamericanas abre oportunidades de expansión a las empresas europeas que invierten en América Latina y el Caribe, que siguen ubicadas, pese al avance de China, entre los principales inversionistas de la región”, indicó.
Añadió que “la creciente conciencia sobre la necesidad de avanzar rápidamente en materia de sostenibilidad ambiental origina nuevas demandas de tecnologías y productos ‘verdes’ que pueden ser provistos por empresas europeas”.
Según la Cepal, las clases medias latinoamericanas y caribeñas crecieron en 82 millones de personas entre 2000 y 2014, pasando a representar de 21 a 34 por ciento del total de la población de la región.
“Este incremento de las clases medias trae consigo importantes retos en cuanto a las nuevas necesidades y expectativas que cubrir en materia de educación, infraestructura, seguridad y servicios de atención de la salud, entre otros”, afirmó.
El documento “La Unión Europea y América Latina y el Caribe ante la nueva coyuntura económica y social” fue preparado con motivo de la Cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE).
La cita internacional se realizará en Bruselas los días 10 y 11 de junio próximo y a ella asistirán decenas de jefes de Estado y de gobierno de ambos bloques para tratar temas de interés bilateral y global.
La Segunda Cumbre UE-CELAC y la Octava Cumbre UE-ALC tiene por lema central “Modelar nuestro futuro común: trabajar por unas sociedades prósperas, cohesivas y sostenibles para nuestros ciudadanos”.
La Cepal añadió que el peso de las inversiones europeas en sectores como la producción de automóviles y servicios financieros, donde se incluyen actividades con tecnología avanzada, permitirá satisfacer importantes mercados masivos y nichos especializados.
Por otra parte, agregó, “las crecientes inversiones de empresas translatinas en Europa generan o sostienen empleos y fortalecen las posibilidades de ampliar los intercambios comerciales intraindustriales”.
Advirtió que “es necesario que las inversiones que recibe la región se orienten cada vez más hacia actividades tecnológicamente más avanzadas y en cuyas cadenas productivas se procure integrar un creciente número de pequeñas y medianas empresas”.
Puntualizó que “los países de la Unión Europea han sido los mayores cooperantes de la región, así como destacados inversionistas directos y socios comerciales”, en tanto las relaciones entre empresas de ambas regiones son “especialmente sólidas”.
Recordó que, “como resultado de los esfuerzos de la cooperación europea, se han logrado avances importantes en el desarrollo empresarial y la productividad laboral de un amplio número de unidades de menor tamaño”, pero esos avances aún no se masifican.
El organismo de Naciones Unidas apuntó que, “con el telón de fondo de este dinámico escenario internacional, las relaciones estructurales entre ambas regiones enfrentan cambios significativos en la coyuntura actual, que implican nuevas oportunidades y desafíos”.
Citó que “entre 2003 y 2014, los países latinoamericanos y caribeños crecieron a tasas muy superiores a las de los países de la Unión Europea”, expansión que fue impulsada por el auge del ciclo de precios de exportación de productos básicos y sus derivados.
Sin embargo, advirtió que el crecimiento de la región en el periodo 2015-2017 será más bajo que en el pasado por el “fin de ese auge de precios, combinado con la reversión de los flujos financieros que recibía la región”.
“Ambas regiones enfrentarían así un periodo, de duración aún no definida, de lento crecimiento y de renovadas presiones para aumentar su competitividad”, apuntó la Cepal.
También señaló que se debe considerar “la notoria reducción de la pobreza que se produjo en América Latina desde comienzos de la década de 2000”.
Recordó que la pobreza bajó de casi 44 por ciento en 2002 a poco más de 28 por ciento en 2014, lo que posibilitó el surgimiento de amplios sectores de nuevas clases medias.
“Europa y América Latina y el Caribe tienen como una de sus principales tareas mantener los avances logrados en materia de inclusión y reducción de la desigualdad, aunque el contexto y la realidad de ambas regiones en estos ámbitos son muy diferentes”, precisó.