Caracas.- Los constantes robos y homicidios cometidos por maleantes a bordo de motocicletas mantienen en estado de zozobra a los caraqueños, quienes ahora temen salir a la calle a cualquier hora del día o de la noche, denunció un criminólogo local.
“De cada cien homicidios suscitados en la capital, siete son cometidos por sujetos que viajaban en este tipo de vehículos”, preciso Darío Porras, exasesor del extinto Cuerpo Técnico de Policía Judicial (CTPJ).
Porras destacó que igualmente ocho de cada diez de los llamados “arrebatones” son cometidos por motorizados, quienes han hecho de este vehículo el principal aliado de sus fechorías.
La ciudadana Gladys Peña refirió que en dos oportunidades ha sido víctima del hampa por sujetos que viajaban en motocicleta. “Hace seis meses me arrebataron la cartera y cuatro meses después me interceptaron y a punta de pistola me despojaron del (teléfono celular) blackberry”, rememoró.
El criminólogo Darío Porras explica que la mayoría de los antisociales andan en pareja, por lo general el que viaja de parrillero apunta con su pistola a la víctima que transita a pie, y le exige la entrega del celular o el dinero.
“Cuando se trasladan por vías expresas donde no existen puntos de control, tocan los vidrios del piloto y copiloto, con el cañón de la pistola y amenazantes le exigen la entrega de sus pertenencias”, resaltó.
La motocicleta, según Porras, se ha convertido en el vehículo más rápido y económico para cometer robos y homicidios en el país, porque facilita la huida de los antisociales.
“Ellos las prefieren de baja cilindrada no sólo porque su costo es económico, sino también porque las maniobran con mayor facilidad”, dijo.
De acuerdo con datos suministrados por la Policía del estado Miranda, limítrofe con Caracas, en los primeros tres meses del año se registraron tres mil 579 motocicletas.
Señalo que la mayoría de las víctimas refieren que sus atacantes portaban chalecos de mototaxistas, oficio que ha proliferado en la ciudad.
Resaltó que las víctimas, al verlos piensan que son trabajadores y se confían, por lo que proponen a las autoridades del tránsito que los verdaderos trabajadores porten en su chaleco el número de la placa del vehículo.