Berlín.- Los ministros de Exteriores de los países del G-7 aprobaron este miércoles tres declaraciones conjuntas que condensan las negociaciones llevadas a cabo durante dos días en Lübeck, al norte de Alemania, en el marco de la Conferencia de Exteriores del Grupo de los Siete.
Los representantes de Exteriores de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido abordaron los principales desafíos que se presentan a nivel internacional.
Entre ellos están los conflictos de Libia, Ucrania y Yemen, o el peligro que supone la milicia terrorista del autodenominado Estado Islámico, así como otros asuntos referentes al cambio climático y los derechos humanos.
En relación al conflicto de Ucrania, el Grupo de los Siete acordó que las sanciones contra Rusia deben ser derogadas sólo cuando se produzca una aplicación plena del Acuerdo de Paz de Minsk.
En este sentido, se le exige a Rusia moderación en su influencia y el cese de apoyo militar a los separatistas prorrusos. Asimismo, se exige a todas las partes implicadas en el conflicto, que pongan fin a los combates.
Sobre Irán, los ministros de Exteriores del G7 saludan el principio de acuerdo nuclear, pero piden al país árabe que coopere con la Agencia de Energía Atómica.
De los dos días de reuniones también se derivaron acuerdos en relación a la milicia “Estado Islámico”.
En este sentido, los países del G7 reafirmaron su apoyo activo a la coalición contra el grupo terrorista y aseguraron que, bajo dirección de la ONU, debe iniciarse un proceso que conduzca a una solución política para Siria.
Además, se posicionaron de forma muy clara en torno a la situación que se vive en Yemen y en Libia. Sobre el primero de los países, insistieron en la necesidad de crear un gobierno de unidad nacional y mostraron su apoyo al presidente Abd-Rabbu Mansur Hadi, quien fue expulsado por los rebeldes Huthi.
En relación a Libia, el G7 amenazó con sanciones a todos aquellos que socaven un proceso político con una guerra civil en el país. Señalan además que en la nación debe ser implantado un embargo de armas.
Los ministros de Exteriores también se comprometieron a que un grupo de trabajo del G-7 analice hasta finales de 2015 en dónde se podrían producir conflictos en política de seguridad que se deriven del cambio climático.
Los países del G7 exigen además la desaparición de cualquier forma de discriminación, haciendo especial hincapié en la importancia de erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas.
En materia de seguridad marítima, las siete potencias se comprometen a impulsar normas vinculantes con el fin de proteger el comercio. En particular se desarrollará un Código de Conducta entre China y sus vecinos, que sirva para mediar en el disputado Mar Meridional de China.
De igual forma, se conmina a combatir la piratería, reforzar la lucha contra la inmigración ilegal, y a desarrollar una política más dura contra la pesca ilegal.
En relación con África, el G7 reafirma su voluntad de apoyar la creación de sistemas de salud eficaces en el continente, además de establecer grupos de expertos regionales y un sistema de alerta temprana que sirva para frenar las epidemias.
“El control fronterizo debe ser más eficaz para prevenir la propagación de enfermedades”, concluyeron los ministros de Exteriores del G7.