En una jornada marcada por negociaciones y divisiones partidistas, la Cámara de Representantes de Estados Unidos logró evitar el cierre parcial del gobierno al aprobar un acuerdo para financiar al Ejecutivo y mantener operativas las agencias federales. El proyecto ahora deberá ser aprobado en el Senado.
El acuerdo, alcanzado apenas horas antes del plazo límite, pone fin a semanas de tensiones políticas y desacuerdos internos entre republicanos y demócratas.
El panorama político se complicó cuando la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, rechazó en repetidas ocasiones propuestas de financiamiento.
La última votación previa al acuerdo evidenció profundas fracturas en el partido republicano, con 38 de sus miembros votando en contra del plan presentado por el presidente de la Cámara, Mike Johnson.
El proyecto inicial, que requería el apoyo de dos tercios de los legisladores, no alcanzó ni siquiera la mayoría simple.
Con 174 votos a favor y 235 en contra, quedó claro que el consenso sería difícil de alcanzar.
Entre los puntos más controvertidos se encontraba la eliminación del límite de deuda federal por dos años, una medida que generó oposición tanto de republicanos moderados como de demócratas.
Intervenciones clave y presión externa
El proceso se complicó aún más por la intervención del presidente electo, Donald Trump, y su asesor Elon Musk.
Ambos rechazaron un acuerdo bipartidista previo que habría permitido mantener el funcionamiento del gobierno hasta marzo de 2025.
Trump calificó el proyecto como “ridículo y extraordinariamente costoso”, mientras que Musk utilizó su plataforma en X (antes Twitter) para criticar el acuerdo, influyendo en la postura de varios legisladores republicanos.
La Casa Blanca, por su parte, acusó a los republicanos de anteponer los intereses de sus donantes sobre las necesidades de los trabajadores estadunidenses.
“Los republicanos siguen órdenes de sus donantes a costa de los estadunidenses que trabajan duro”, declaró Karine Jean-Pierre, vocera del presidente Joe Biden.
Un cierre de gobierno evitado
El acuerdo final, aprobado el viernes, incluye financiamiento temporal para mantener operativas las agencias federales hasta mediados de marzo.
Aunque no elimina el límite de deuda federal, extiende su vigencia hasta enero de 2027, lo que permitirá al gobierno seguir funcionando sin necesidad de nuevas negociaciones inmediatas.
Este desenlace evita un “shutdown” que habría afectado a casi un millón de trabajadores federales, quienes habrían quedado sin sueldo durante las festividades de Navidad.
El cierre de gobierno más largo en la historia de Estados Unidos ocurrió durante el primer mandato de Trump, cuando una disputa sobre el financiamiento del muro fronterizo con México paralizó al gobierno durante 35 días.
Reacciones divididas
El líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, criticó duramente el manejo de la situación por parte de los republicanos.
“Es inaceptable que los extremistas de MAGA nos hayan llevado al borde del abismo por sus intereses políticos”, afirmó.
Por otro lado, Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, defendió el acuerdo alcanzado, aunque lamentó la falta de apoyo bipartidista en los proyectos iniciales.
“Lograremos otra solución más permanente en el futuro”, aseguró.
El trasfondo político
Desde 1976, el gobierno estadunidense ha enfrentado más de 20 cierres parciales debido a desacuerdos presupuestarios.
Aunque la mayoría han sido de corta duración, el impacto económico y social de estas paralizaciones es significativo.
El acuerdo alcanzado este viernes no solo evita un cierre de gobierno, sino que también refleja las complejidades de la política estadunidense actual, donde las divisiones internas y las presiones externas juegan un papel crucial en la toma de decisiones legislativas.
Con el inicio del mandato de Trump en enero, se anticipan nuevas disputas sobre el presupuesto y el límite de deuda, lo que augura un panorama político tenso en los próximos meses.
(milenio.com)