Las autoridades de Bogotá suspendieron el ingreso de aficionados a los estadios de fútbol y vetaron por un año la entrada de las barras del Atlético Nacional, el popular club de Medellín, tras los enfrentamientos que empañaron el primer partido con público tras año y medio de pandemia.
“No puede ser que después de un año y medio esperando este momento, organizando todo, preparándonos para volver a encontrarnos, para disfrutar de la cultura y el deporte esta sea la respuesta de un grupo de hinchas violentos y desadaptados que deshonra a su hinchada, a su equipo y al fútbol”, dijo la alcaldesa de la capital colombiana, Claudia López, que decidió este domingo suspender indefinidamente el ingreso de público a los estadios capitalinos El Campín y Techo.
Al mismo tiempo fijó condiciones para su apertura a los aficionados, alegando que quiere evitar nuevos “hechos lamentables de dolor, de heridos, de agresiones”. En adelante, los clubes de fútbol deberán implementar un registro de los compradores de boletas. Se les exigirá además contar con un equipo logístico y de seguridad que trabaje en coordinación con la policía para mantener la “convivencia pacífica” y el “distanciamiento adecuado y preventivo” entre barras, añadió.
La alcaldesa también castigó a la hinchada del Atlético Nacional por cometer “un delito al agredir violentamente a algunos de los hinchas del Santa Fe”. “Las barras del Atlético Nacional que deshonraron su hinchada, deshonraron a su equipo, deshonraron al fútbol e irrespetaron a la ciudad de Bogotá no tendrán ingreso” a los estadios bogotanos “por un año”, advirtió López.
Por su parte, el club Santa Fe enfrenta “un proceso sancionatorio” por incumplir las “condiciones logísticas” del contrato de arrendamiento del estadio. Según la alcaldía 8.300 personas asistieron al encuentro del martes en el Campín, que abría sus puertas al público por primera vez desde marzo de 2020 cuando cerró en medio de la emergencia sanitaria.
(dw.com)